lunes, 19 de diciembre de 2011

Hace un siglo...

“A pesar de que ya en 1.838 los señores Chapman, Pick y Handcok hicieron un viaje de “exploración y evangelización” por España, en pleno periodo de absolutismo, es a los señores Chapman, Lawrence y Gould, que cupo el honor de ser los primeros misioneros de las asambleas, especialmente los dos últimos mencionados, los cuales en 1.863, acompañados por el señor Chapman, cruzaron la frontera española por Francia, después de haber podido saludar a Matamoros, que había sido expulsado del país por causa del evangelio.
En dicho año, estos fieles hermanos empezaron su labor de siembra en la ciudad de Barcelona, a pesar de las dificultades de aquellos críticos tiempos. Después de despedirse del señor Chapman, los señores Lawrence y Gould viajaron por espacio de dos años, evangelizando diversas regiones del país. Tan pronto se les encuentra en Madrid, como en Alicante, Vizcaya o Vitoria. A causa de un mandato de arresto de las autoridades de esta última ciudad, dichos hermanos tuvieron que pasar precipitadamente la frontera franco-española.
La revolución de 1.868 abrió de par en par las puertas del país, al proclamarse la libertad religiosa. Este mismo año hallamos a Lawrence de nuevo en Madrid, en donde se unió a él, poco después, el señor Gould. Es interesante leer las impresiones del hermano Gould al reunirse con su compañero de servicio. En una de sus cartas escribe: “Cuando llegamos a Madrid, hallamos que el hermano Lawrence había podido hacerse de una vitrina de cristal, y se había situado en una de las calles más céntricas para la distribución de los Evangelios.” No se sabe de que calle se trataba, aunque se conoce el detalle de que la misma poseía arcadas. ¡Así empezó el testimonio de las Asambleas en Madrid!
Dichos hermanos no se contentaban con predicar el Evangelio en Madrid. Viendo la necesidad espiritual de otras provincias, hicieron largos viajes de evangelización, visitando Ávila, Peñaranda, Béjar, Salamanca, Zaragoza, Sevilla, Toledo, Pamplona, Valladolid, Medina del Campo y muchas otras localidades.
Después de trabajar juntos durante algunos meses, en Madrid y diversas regiones, el señor Lawrence decidió trasladarse a Barcelona, con el fin de proseguir allí los trabajos de evangelización que había empezado unos cinco años antes, en los difíciles días del reinado de Isabel II. Así pues, el señor Gould tomó la responsabilidad de la obra de Madrid, ayudado, eficazmente, por los hermanos José Ríos y Mateo Cosidó, este último excelente músico y poeta, a quien debemos algunos de los himnos de nuestro actual “Himnario Evangélico”.
A mediados de 1.869, después de una abundante siembra en Madrid y provincias, el señor Gould creyó llegada la hora para organizar una Asamblea. En el lugar de la reunión que se alquiló, podían acomodarse fácilmente unas 200 personas. En relación con la inauguración de esta primera Asamblea, en Madrid, el señor Gould escribe lo siguiente: “El domingo por la tarde invitamos a la gente por las calles a que viniesen a oir el Evangelio por la noche, y vinieron casi 80...”
Poco después llegó a la capital don Carlos Faithfull, quien tomó gran parte de la responsabilidad de la obra, especialmente cuando los señores Gould y Cosidó durmieron en el Señor. Con la llegada de los señores Fenn, en 1.873, después de un corto tiempo de descanso en Inglaterra, la obra tomó un nuevo impulso, ya que pudieron alquilar unos buenos locales en la Glorieta de Quevedo –esquina a la calle de Arapiles- en donde, además de celebrar cultos, pudieron establecerse escuelas de niños y niñas. En alguna ocasión llegaron a asistir a las mismas unos 500 niños de ambos sexos.
No puede pasarse por alto la labor del recordado don Tomás Rhodes y su esposa doña Amelia y su obra especial en Tetuán, así como la del querido Arturo Chapell.
Merece capítulo aparte los comienzos de la obra de la Asamblea de Duque de Sesto. A principios de siglo llegó a España, procedente de Inglaterra, doña Julia Jones, a quien acompañaban doña Josefa Matews, doña Anita Vaughan y doña Francisca. Sería necesario un grueso volumen para relatar la obra de dichas hermanas. Basta decir que en pocos años –de 1.900 a 1.920- abrieron obra en Madrid, Zaragoza, Segovia, Ciudad Real, Cáceres, Badajoz, Cuenca, Albacete y Jaén. El celo de estas hermanas le llevó a abrir una obra en el propio corazón de Madrid, en la mismísima calle de Alcalá...”

(Continuará)

(Miguel Valvuena, Revista “Edificación Cristiana” , Agosto-Octubre de 1.965)

Foto: Robert Chapman

lunes, 12 de diciembre de 2011

Entrevista con don Alejandro Clifford. (Año 1.965)

- Nos gustaría conocer a qué se debe su visita a España...
- Por razones de trabajo debí realizar una visita a los Estados Unidos y a Inglaterra, y no me parecía justo volver a la Argentina sin pasar algunos días en la querida Madre Patria, a la que tantos lazos me unen y en la que tengo amigos dilectos, entre ellos, en primerísimo término, a los esposos Trenchard.
- ¿Cómo definiría usted en breves palabras la situación evangélica en la Argentina?
- La obra crece, y damos gracias a Dios por ello. Pero en muchos casos es apenas crecimiento vegetativo. Nos hace falta alguna sacudida que nos despierte de nuestro sueño. Gozamos de la más absoluta libertad, pero no la aprovechamos debidamente. Así y todo, tenemos muchas razones para dar gracias a Dios por las casi 300 asambleas de la Argentina.
- Como hombre metido de lleno en la literatura evangélica, ¿qué opinión le merece nuestra pequeña revista?
- La encuentro simpática, bien hecha y útil. Una revista como la vuestra cumple importantes funciones que no pueden ser reemplazadas por otro tipo de publicación.
- Dada la avidez de noticias que hay en todo el mundo, ¿usted aconseja que se lea todo lo que cae en nuestras manos?
- Si vuestras manos son como las mías, leer todo lo que cae en ellas sería imposible. Para navegar por el inmenso océano de papel impreso hace falta la ayuda de avezados pilotos. Ellos pueden ser los hermanos de experiencia y las notas bibliográficas publicadas por revistas que merezcan nuestra confianza.
- ¿Podría darnos algunas notas biográficas de su persona y trabajo?
- Nací hace 58 años en el norte de la República Argentina. Mis padres eran misioneros escoceses. He tenido toda clase de experiencias en la vida. Los errores, los tropezones y las caídas han sido frecuentes. Pero Dios es fiel. Desde hace años estoy dedicado, totalmente, a la literatura evangélica, y estoy completamente feliz en este trabajo.
En la actualidad publicamos el hermano Pablo Sheetz y yo, las revistas “Certeza” y “Pensamiento cristiano” y el periódico de evangelización “La Voz”. Además, colaboramos con la gente de “Decisión” y la Editorial Moody. También hemos publicado una docena de volúmenes en la colección “Ediciones Certeza”. Efectúo, además, trabajos para la Unión Bíblica y para las Sociedades Bíblicas.
- Le brindamos nuestras páginas para dar un saludo o exhortación al pueblo de Dios.
- Me he gozado mucho en mis breves contactos con los hermanos españoles. Creo que ellos son como los hermanos de todo el mundo, con las mismas virtudes y los mismos defectos. Ese individualismo que ha llevado a efectuar magníficas proezas a los españoles puede, quizá en la Iglesia, llegar a ser un factor de discordia cuando el individuo no se sujeta a la Palabra de Dios. Porque conozco de cerca el problema, ya que he tenido que luchar y lucho contra ese yo que es tan difícil, me animo a mencionarlo. Mi oración es que los hermanos españoles seáis de un mismo sentir en el Señor. (Fil. 4:3)

(Publicado en la revista “Edificación Cristiana”, Agosto – Octubre de 1.965)

lunes, 5 de diciembre de 2011

Campaña de evangelización en Madrid. (1.965)

La iglesia sita en la calle de Calatrava, número 25, perteneciente a la Iglesia Evangélica Española, y emplazada en uno de los barrios más típicos y castizos de Madrid, ha sido escenario de la Campaña de Evangelización llevada a cabo en esta capital.
Por su capacidad, fue ésta la iglesia elegida para celebrar en ella los Cultos especiales de Evangelización organizados, en estrecha colaboración, por los pastores y dirigentes de las iglesias evangélicas madrileñas con motivo de la visita del famoso evangelista argentino don Fernando Vangioni (del Equipo de Billy Graham) durante los días 6 al 15 de mayo último.
La Campaña en sí comenzó el día 3 de mayo con la primera de las Reuniones de Oración que, exceptuados los domingos, se tuvieron todas las mañanas, de siete y media a ocho y media, en la capilla de la calle de Trafalgar. En estas reuniones había una lectura bíblica, una breve plática, y luego se elevaban al Señor oraciones pidiéndole su bendición y ayuda para la Campaña. Del interés que despertaron es buen síntoma el hecho de que a la primera de estas reuniones asistieron unas treinta personas, pasando del centenar el número de cuantos acudieron a la última.
En la iglesia de la calle de Beneficencia se escuchó por vez primera la autorizada palabra de don Fernando Vangioni. Era el jueves 6 de mayo en que, como primer jueves de mes, se celebrara la Reunión de Oración Unida de las iglesias de Madrid. El mensaje, a cargo del Vangioni, con el tema “Me seréis testigos...” (Hechos 1:8), produjo en cuantos lo escucharan muy favorable impresión, igual que los dos Cultos para creyentes celebrados los días siguientes en la iglesia de la calle de Trafalgar. En las tres ocasiones, los amplios templos se vieron rebosantes de una concurrencia de hermanos y amigos de las distintas iglesias madrileñas.
Pero, sin duda, el plato fuerte resultó el que todas las noches, en la semana del 10 al 15, ambos inclusive, fue ofrecido por el señor Vangioni en la iglesia de la calle de Calatrava, donde tanto la iglesia como varias salas del edificio, en las que había instalados altavoces, recibieron una numerosísima asistencia.
Hemos de destacar la labor de equipo que existió durante los días de preparación de la Campaña, primera que de forma unida se iba a celebrar en Madrid, lo mismo que durante los días de su celebración, en la cual hubo una entrega total por parte de muchos hermanos, atendiendo al numeroso público, repartiendo tratados, presidiendo, cantando en los coros, orando, etc.
Don Fernando, orador fogoso, profundo conocedor de las Escrituras, buen psicólogo, supo llegar bien con su palabra, llena de poder espiritual, al corazón de sus oyentes. Fueron de gran ayuda en los cultos, con su destacada intervención, los hermanos Jorge Sánchez, solista, cuya potente voz fue utilizada por el Señor para los cantos de alabanza y llamamiento; y el señor Van Woerden, con su gran don musical.
El Señor permitió ver resultados inmediatos de los esfuerzos realizados en unas setenta personas, que expresaron públicamente su decisión de seguir a Cristo y por quienes debemos orar intensamente para que, con la ayuda divina, se mantengan firmes en su decisión.
Siembra abundante hubo, sin duda alguna, en esos días. Ojalá que el Señor se digne utilizarla para que pueda haber así una abundante cosecha en los alfolíes eternos.”


(Revista “Edificación Cristiana”, Mayo-Junio de 1.965)