lunes, 24 de septiembre de 2012

Lawrence y sus carros blindados. (III parte y última)


LA TERRIBLE FIEBRE AMARILLA
Junto a esta labor pedagógica, don Jorge Lawrence se mostró muy activo, realizando una labor social muy encomiable entre las gentes humildes. Fue en ocasión de la terrible epidemia de fiebre amarilla, que tanta mortandad causó en Barcelona, cuando se puso en evidencia la abnegación  de dicho siervo de Dios. En efecto, tanto el señor Lawrence como sus colaboradores acudieron en ayuda de la población barcelonesa, proveyendo comidas calientes para los muchos que sufrían necesidades en aquellos días. Es emocionante leer lo que el señor Lawrence escribe sobre aquellos trágicos acontecimientos:
“La ciudad está silenciosa como una tumba… Las autoridades están tratando de evacuar la urbe y han establecido un campamento para los pobres en las afueras de la ciudad. El pánico es terrible. Pueden verse carros, carretas, carruajes y ómnibus llenos de gente, con camas y otros enseres, huyendo hacia donde pueden… La miseria y el hambre son inmensos… Se ha establecido una rigurosa cuarentena alrededor de las ciudades. Nosotros permanecemos aquí, confiando que el Señor puede librarnos de la pestilencia, la cual está causando tanta miseria y tristeza.”
LA “BIBLIA POPULAR” (1.882)
Al mismo tiempo que los misioneros se dedicaban a la evangelización, la obra docente y social, Lawrence, dándose cuenta de las posibilidades e importancia de la página impresa, puso todo su empeño en imprimir las Sagradas Escrituras, así como alguna literatura evangélica. De la imprenta que consiguió instalar, salieron dos publicaciones: una revista para adultos, titulada: “La Aurora de la Gracia”, y el periódico para niños: “La Estrella de Gracia”. El nombre de dichas publicaciones se debe a la barriada donde principalmente trabajó don Jorge. En su empeño en distribuir la Santa Escritura, llegó a imprimir dos ediciones del Nuevo Testamento.
El momento culminante de ese ministerio de la letra impresa, lo hallamos, sin duda, en la valiosa edición de la Biblia, la cual sacó a luz con el epíteto de “Popular”. Esta ingente obra salió de las prensas que Lawrence había instalado en la calle Encarnación, de la barriada de Gracia. Son por demás interesantes, algunas de las declaraciones de don Jorge en el prólogo de la Biblia referida, la cual, al ser impresa en 1.882, cumple exactamente un siglo.
“La Biblia –escribe Lawrence es verdaderamente un libro popular, es el libro del Pueblo, de la humanidad entera: se dirige al hombre como a tal, lo mismo al civilizado y sabio, que al salvaje e ignorante… sus doctrinas y promesas han sido eficaces en todos los siglos para corroborar y animar a millares y millares de hombres durante el rudo combate de la vida, viniendo a ser su única esperanza y sostén en la hora de la muerte… Hemos añadido como apéndice, un catálogo de los nombres y títulos que la Biblia atribuye a Cristo, así como de las figuras y profecías que a Él se refieren, porque todas las profecías y símbolos, toda la verdad que contiene este Libro, hacen dirigir los ojos a Él, que es LA PALABRA, “el Alpha y la Omega”; y los tres idiomas, hebreo, griego y latín, en los cuales puso Pilato la inscripción sobre la cruz, convergen y concuerdan en proclamar al Señor Jesús como Rey de Reyes y Señor de Señores”.
Un gran pueblo tiene su Lawrence de Arabia, otro mucho más pequeño y humilde, nosotros los evangélicos barceloneses, tenemos un Lawrence con sus carros blindados y bíblicos. Como en tantas ocasiones, el tiempo ha venido a demostrar la grandeza del uno y del otro. La obra del primero, se la llevó la arena del desierto, o mejor aún, el oro negro con sus secuelas políticas; la del otro permanece y se multiplica. Gracias a Dios por pioneros como Lawrence.

Miguel Valbuena (Revista “Edificación Cristiana”, Marzo-Abril 1.982)

Foto: el misionero galés George Lawrence Davis (1831-1894) ya tiene una calle en su memoria en el municipio catalán de Caldes de Montbui.

Nota: Recientemente el Centro de Formación Bíblica de Madrid publicó "El Evangelio en España", de George Lawrence, traducido del inglés por Catalina Redman de Wickham.

El Evangelio en España . George Lawrence. CEFB. 2011. P.V.P. 9 €.

Pedidos: Librería Emanuel. C/ Real de Arganda nº 48, 28031, Madrid. Teléfono: 913310840 / FAX: 913315565.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Lawrence y sus carros blindados. (II parte)


 

EVANGELIZANDO EN CATALUÑA
Después de testificar juntos Gould y Lawrence, en Madrid, este último decidió trasladarse a Barcelona para proseguir los trabajos de evangelización que había empezado en la Ciudad Condal, unos cinco años antes (en 1.864), en los difíciles tiempos del reinado de Isabel II, la “de los tristes destinos”.
Al carro bíblico y blindado, al que alude el polígrafo montañés, Lawrence pronto añadió otro. Se trataba de un carro más grande, tirado por caballerías, como puede desprenderse del relato mencionado al principio.
Sin embargo, es curioso que don Marcelino nos presente a esos carros como “bíblicos y blindados”, ya que bíblicos sin duda lo eran, pero, dudamos mucho que fueran “blindados”, a tenor de lo que Lawrence nos cuenta en sus cartas. Es a este mismo respecto que el misionario escribe: “El coche bíblico está realizando una noble tarea. Ya hace dos meses que estamos visitando las localidades situadas entre esta ciudad –Barcelona- y Madrid, y de Madrid a Alicante y Valencia, donde ahora permanecemos… Como el coche bíblico había hecho algún camino en dirección a Tarragona, alguien disparó, visando la ventana de delante. La bala sólo mordió un poco la parte de encima, la cual está recubierta de zinc. Llegamos a nuestro destino felizmente y tuvimos una buena venta.”
Lawrence relata también lo ocurrido en uno de sus viajes de evangelización por la provincia de Barcelona, particularmente en Igualada, donde sucedió algo muy grave, que el misionero resume en estos términos:
“Los enemigos robaron las Biblias y empezaron a quemarlas, así como la tienda, pero dos hombres muy valientes se presentaron con grandes cuchillos y lograron hacerles huir. Se derramó sangre, pero no hubo muertos y, como la guarda llegó pronto, nuestros hermanos y su tienda fueron librados.”
Durante meses y meses Lawrence y sus compañeros de ministerio, utilizaron los carros bíblicos para evangelizar las regiones que todavía no habían sido alcanzadas con el mensaje de la cruz. Los tiempos no eran fáciles, ya que, algunas provincias estaban ocupadas en buena parte por las tropas carlistas.
EN UN LUGAR DE LA MANCHA…
A pesar de los evidentes peligros, y conscientes de que la región manchega sería como una  piedra de toque para su ministerio, los misioneros se internaron en la provincia de Ciudad Real, hasta llegar a la localidad de Campo de Criptana.
Tanta fue la bendición y tan manifiesta la respuesta al mensaje de Cristo, que Lawrence decidió “parar el carro” y abrir una Sala Evangélica, con el fin de predicar el Evangelio en aquella localidad.
Es fácil imaginar, sin embargo, que aquel intento de establecer testimonio evangélico en la Mancha suscitara la más feroz oposición de los adversarios.
En efecto, después del desfile de una procesión por el lugar, se produjo un tumulto, y una muchedumbre se dirigió hacia la Sala Evangélica para apedrearla. El señor Lawrence y su familia fueron insultados y apedreados cuando salieron de su domicilio. Luego, le detuvieron durante veinticuatro horas, y el alcalde de la localidad ordenó el cierre de la Sala Evangélica, y por varios meses no pudieron celebrarse cultos. Finalmente el Ministerio de Gobernación ordenó la reapertura del culto ordenando incluso que los misioneros y la Sala Evangélica fueran protegidos por las autoridades locales.
DOS ASAMBLEAS Y DIEZ ESCUELAS
Junto a esta actividad evangelizadora por diversas regiones, el señor Lawrence y sus colaboradores pensaron seriamente en abrir un lugar de testimonio permanente en la Ciudad Condal. A tal fin, empezó a celebrar reuniones en su domicilio, de la calle San Juan. Debido a la gran asistencia, decidió abrir una Sala Evangélica en la calle San Gabriel, en la barriada de Gracia. Al propio tiempo, y haciendo honor a su visión evangelizadora alquiló unos locales muy espaciosos en el centro de la ciudad, en la calle Ferlandina, cerca de la importante Ronda de San Antonio, y no lejos de la Plaza Universidad.
Septiembre de 1.869 vio nacer la primera Asamblea evangélica en Barcelona, cuyos miembros estaban repartidos en San Gabriel y Ferlandina. Así empezó una obra que, al cabo de un siglo ha ido multiplicándose en la Ciudad Condal, convirtiéndose en muchos lugares de testimonio en la propia capital y localidades cercanas.
Lawrence no se contentó con predicar el Evangelio en aquellos locales. Su clara visión de las necesidades del pueblo, le llevó a abrir unas escuelas evangélicas. Esta obra tan especial, sólo puedo llevarla a cabo gracias a la colaboración de los señores Fenn y Payne, los cuales habían llegado a Barcelona en 1.870, después de una estancia de seis meses en Madrid. El comienzo, como casi todos los comienzos, fue muy humilde, pero es muy interesante leer de su propia pluma, lo que Lawrence relata a este respecto: “Me di a la oración para empezar este trabajo y hallé a alguien que estaba preparado para el mismo. Se trataba de un hombre lisiado que había recibido una Biblia hacía muchos años… Después de la revolución hallé a esta persona enseñando a seis o siete niños y le propuse ayuda con el fin de que preparase niños para su escuela. Pronto la habitación en donde enseñaba fue demasiado pequeña y, después de algún tiempo de espera y prueba de mi fe, pude lograr un “Café Chantant”, comprando todos los enseres. Esta compra se efectuó gracias a un donativo de amor.
Muy pronto el local se llenó, y algún tiempo después este lugar fue cambiado por otro más espacioso, donde empezó una escuela para niñas que estuvo a cargo de una de nuestras hermanas. Este fue el comienzo de las notables escuelas establecidas en Barcelona, por las que deseo dar gracias a Dios y tomar aliento para seguir adelante con el propósito de establecer centenares de ellas.”
El conocido siervo de Dios, don Jorge Müller, fundador del orfanato de Bristol, se interesó por la extensión de la obra de las escuelas evangélicas. A fines de 1.878 hizo una visita a Barcelona para poder comprobar por sí mismo el progreso de aquella labor docente. Es en su “Autobiografía”, que el señor Müller, expresa sus impresiones sobre aquella obra, diciendo:
“Llegamos a Barcelona en donde permanecimos unos quince días… Pudimos visitar las diez escuelas organizadas en dicha ciudad, bajo la superintendencia de don Enrique Payne. Durante nuestra inspección de las mismas, hallamos 756 alumnos, casi todos de familias católicas, lo cual daba especial valor a estas escuelas.”
LA TERRIBLE FIEBRE AMARILLA... (Continuará)
Miguel Valbuena (Revista “Edificación Cristiana”, Marzo-Abril 1.982)
Nota: Recientemente el Centro de Formación Bíblica de Madrid publicó "El Evangelio en España", de George Lawrence, traducido del inglés por Catalina Redman de Wickham.
El Evangelio en España . George Lawrence. CEFB. 2011. P.V.P. 9 €.
Pedidos: Librería Emanuel. C/ Real de Arganda nº 48, 28031, Madrid. Teléfono: 913310840 / FAX: 913315565.

lunes, 10 de septiembre de 2012

PIONEROS: Dedicado a la memoria de CATALINA REDMAN DE WICKHAM.


 
Hacemos un paréntesis en el artículo titulado “Lawrence y sus carros blindados” para insertar la reseña dedicada en el boletín de la iglesia evangélica de “Malvarrosa” (Valencia) a la memoria de Catalina Redman de Wickham en relación con los libros:

“EL EVANGELIO EN ESPAÑA” George Lawrence.

“ESCENAS DE LA VIDA MISIONERA EN ESPAÑA” Ernesto Trenchard.

Editados por CEFB © 2011. Traducción de CATALINA REDMAN DE WICKHAM.

 "Después de muchos meses, me asomo de nuevo a las páginas de este querido boletín de la iglesia de La Malvarrosa, y lo hago como de costumbre para hablar de libros.

Hace un tiempo que tengo pendiente el compromiso de presentar los dos que traigo hoy. Dos libros que, aunque escritos en diferentes épocas y circunstancias, tienen mucho en común entre ellos: ambos son historias de pioneros en la obra misionera en España, y los dos son fruto del esfuerzo de hermanos nuestros empeñados en que su testimonio permanezca vivo, en recuperar y dar a conocer las raíces históricas de la Iglesia Evangélica en nuestro país. Más de medio siglo separa a “The Gospel in Spain”, escrito por George Lawrence en 1872, de “Sketches from Missionary Life in Spain” por Ernesto Trenchard, publicado en 1934. Testimonios de la obra misionera en España durante la última mitad del siglo XIX y el primer tercio del pasado siglo XX, que se editan por fin en España en pleno siglo XXI, gracias al empeño del matrimonio Wickham y especialmente al trabajo de traducción realizado por nuestra hermana Catalina.

No voy a hablar en este artículo del abnegado servicio en la difusión del Evangelio de los Lawrence, Gould, Cosidó, Ríos, Trenchard… Lo que voy a hacer es invitaros a que lo descubráis vosotros mismos. Leer estos libros es la mejor manera de mantener viva la memoria de estos pioneros. Pero quiero pediros algo: cuando los leáis, hacedlo teniendo presente en vuestras mentes y en vuestros corazones a Catalina.

Porque sin su trabajo, estos libros nunca habrían sido editados en nuestro idioma. Después de toda una vida de servicio fiel, Catalina ha partido con el Señor, pero nos ha dejado un valioso legado al que es justo que otorguemos el reconocimiento que merece.

Como ejemplo de este trabajo discreto, paciente y (en mi opinión) no suficientemente valorado, voy a contaros la peripecia del libro de Jorge Lawrence “El Evangelio en España”. Como ya he dicho, se publicó en Inglaterra en 1872 pero hasta hoy nunca había sido editado en español. En 1959, Pablo Wickham encontró un ejemplar entre unos papeles olvidados en casa del matrimonio Trenchard y lo copió íntegramente, mecanografiado. La copia permaneció bastantes años en el archivo de los Wickham (el propio Pablo cuenta en el prólogo del libro el porqué de este largo olvido, así como las razones por las que ahora han creído oportuno publicarlo), hasta que en 2007 Catalina acometió el trabajo de traducirlo.

Fue un trabajo largo, en el que se intercaló un período de enfermedad grave de Catalina (ya conté en una ocasión, con motivo del 50 aniversario de los Wickham en España, la anécdota del hospital, referida justamente a este libro). Por fin en 2009 quedó terminado, pero todavía habrían de pasar dos años hasta que el libro viera la luz, editado por CEFB en 2011, ciento treinta y nueve años después de la publicación de la edición original, medio siglo después de su “descubrimiento” y copia por parte de Pablo, y tras cinco años de trabajo.

En el prólogo de “El Evangelio en España” Pablo Wickham escribe, refiriéndose a George Lawrence y sus compañeros en la obra misionera: “… fueron auténticos héroes de la fe cuyo ejemplo es digno de imitar. ¡Ojalá hubiese pioneros de esta estampa en la España secularizada de nuestros días! Como otros muchos que les precedieron en los dos mil años que han transcurrido desde que nuestro Señor ascendió al cielo, están entre esa “gran nube de testigos” que habiendo alcanzado la meta nos alienta desde el cielo con su ejemplo de fe (Heb. 12:1)”

Hoy desde estas páginas quiero decir que la obra misionera en España sigue siendo tarea de pioneros, que personas como los Wickham son dignos sucesores de aquellos héroes de la fe, y que Catalina estará siempre con nosotros, alentándonos desde el cielo, en medio de la gran nube de testigos.

Manuel de los Santos Suárez.

Mallorca, septiembre de 2012
 
 
Recomendamos la lectura de la reseña dedicada a Catalina Redman de Wickham publicada en Protestante Digital bajo el título de:

Catalina Redman de Wickham: acaba una vida de misión y testimonio



lunes, 3 de septiembre de 2012

Lawrence y sus carros blindados. (I parte)

El día había amanecido templado en la Ciudad Condal. Pero, los ánimos no lo estaban tanto. La visita de Amadeo I de Saboya, rey de España, podía producir un cambio de clima. En efecto, al júbilo de los partidarios del rey “extranjero”, podía oponerse la violencia de los partidarios de Isabel II, a la sazón exiliada en Francia.
La comitiva real discurría por las calles del casco antiguo de la ciudad, entre una abigarrada multitud que anhelaba ser testigo de un acontecimiento tan singular. Más singular, si cabe, fue el testigo que, sin querer, protagonizó una de las escenas más curiosas ocurridas durante aquella regia visita a Barcelona.
Nos referimos a Jorge Lawrence, el misionero inglés que, desde hacía algún tiempo, realizaba un trabajo pionero de evangelización, utilizando unos medios muy originales, tales como  unos carros, a los que el polígrafo Menéndez y Pelayo apoda “blindados”.
EN LA COMITIVA REAL.
Pero, dejemos que el propio Lawrence, nos relate lo ocurrido. "Aunque yo quise  convencerle que los caballos no podían ser dirigidos sin peligro hacia la muchedumbre, particularmente en el momento que el rey iba a pasar, no tuvimos más remedio que obedecer al guardia. Dimos la vuelta y, antes de que yo me diera cuenta, los caballos y el coche se habían colocado, precisamente en medio de la comitiva de carruajes que seguían al rey, y muy pocos detrás del carruaje real.
Inmediatamente, pudimos oír  decir a la gente: “Mira, mira! Es el coche protestante”. Una vez entre la comitiva, me di cuenta que el Señor lo había preparado todo, y empecé a distribuir Evangelios  los espectadores. Muchos de los soldados no pudieron resistir a la tentación de acercarse para lograr algún libro, y a lo largo de todo el camino de las calles principales, los espectadores mostraron mucho interés por obtener la literatura que ofrecíamos."
“Muchos que nos reconocieron, parece que gozaron de aquel espectáculo, tomándolo como una señal de nuevos tiempos en la historia de la nación. El carruaje que nos seguía, trató de una ocasión de cortarnos el camino, pero nosotros cuidamos que nuestras caballerías guardasen el debido orden, pues por nada del mundo hubiera consentido perder aquel lugar tan valioso para esparcir el conocimiento de mi amado Salvador.
Dos días después, volviendo de distribuir literatura, hallamos al rey y sus generales. Cuando los cruzamos, él lanzó una buena mirada al coche bíblico y al propio tiempo yo pasé al carruaje real cuatro Evangelios. Uno de los generales los tomó con una sonrisa, dándoselos al Soberano.”
Para una mejor comprensión de este suceso, bueno será decir que Lawrence, desde el comienzo de su ministerio en España, tuvo la original idea, con su compañero Gould, de utilizar una especie de carrito de mano que podía transformarse en vitrina, y del que, de forma muy ingeniosa, se podía colgar grandes textos bíblicos. Menéndez y Pelayo, no sin cierta ironía, alude a este instrumento de trabajo, escribiendo en sus “Heterodoxos”:
“Nunca vi en Barcelona otro indicio señalado de protestantismo que cierto carro bíblico y blindado que todas las mañanas hacía parada en la Rambla con Biblias y folletos.”
TESTIMONIO EN MADRID
Lo que el mal informado polígrafo santanderino no reseña, es que el famoso carro blindado, ya había estado en Madrid, en donde Lawrence llegó tan pronto la “gloriosa” abrió de par en par las puertas de España al Evangelio. Es interesante leer lo que el pionero inglés escribe sobre este acontecimiento que señaló un hito en su vida y ministerio:
“Aprovechamos la puerta abierta y volvimos a España aquel mismo año en 1.868. No debe extrañar que, al volver, hallásemos a la gente loca de alegría, y el único exceso que, al parecer se cometía, era el deseo de comprar cualquier libro o periódico en el cual estuviera impresa la palabra: libertad… Qué gozo fue y continúa siendo ver el agrado con que la Palabra de Dios ha sido recibida, desde el momento que el público pudo lograrla…”
Pero, es el señor Gould, quien nos habla del coche “bíblico y blindado” que en aquellos días de euforia se paseó por las calles de Madrid. Así describe dicho pionero sus primeras impresiones, al pisar de nuevo tierra hispana:
“Así que pasamos la frontera, vimos el profundo cambio que se había operado en la gente. Anteriormente, tuvimos que hablar con precaución, y el uno tenía miedo de oír en presencia del otro. Ahora, tan pronto como empezamos a hablar de la salvación en Cristo, y a distribuir porciones del Evangelio, todos desean oír… Cuando llegamos a Madrid hallamos que el hermano Lawrence había podido lograr una vitrina de cristal y se había situado en una de las calles céntricas para la distribución de Evangelios”.
Es una lástima que, a pesar de nuestras indagaciones, no hayamos podido saber con certeza de qué calle se trataba. Lo único que podemos decir de este testimonio al aire libre en Madrid, es que se trataba de una calle donde había arcadas.
EVANGELIZANDO EN CATALUÑA...
(Continuará)
Miguel Valbuena (Revista “Edificación Cristiana”, Marzo-Abril 1.982)
Nota: Recientemente, en el año 2011, el Centro de Formación Bíblica de Madrid publicó "El Evangelio en España", de George Lawrence, traducido del inglés por Catalina Redman de Wickham, con una semblanza de Lawrence firmada por David Vergara.
El Evangelio en España . George Lawrence. CEFB. 2011. P.V.P. 9 €.
Pedidos: Librería Emanuel. C/ Real de Arganda nº 48, 28031, Madrid. Teléfono: 913310840 / FAX: 913315565.