lunes, 25 de noviembre de 2013

El sureste de España: comienzo de la obra evangélica. (IV parte y última, redactado en 1.978)


ARCHENA.

El principio de la Obra en Archena se debe al trabajo de los misioneros en Cartagena, que da lugar a algunos convertidos durante el periodo 1.931-36. Es en ese tiempo que un matrimonio misionero Srs. Ernie(*) se establecen en Archena y la Obra empieza a dar sus frutos. Con todo y otra vez a causa de la Guerra Civil y sus años posteriores surgen dificultades. Los señores Ernie son expulsados de España y los hermanos perseguidos, pero el tesón y fidelidad de algunos de ellos hacen que la obra se mantenga, y durante los años 1.948 al 51, las visitas periódicas de doña Adela Holloway (viuda de don Roberto) y su hija Lina ayudarán al grupo de hermanos a mantener el calor, juntamente con las visitas que los hermanos de Cartagena realizan a Archena. Después de la enfermedad de doña Adela será Lina, su hija, quien seguirá con esas visitas. En el año 1.957 las visitas a Archena serán periódicas desde Cartagena, pasando por distintas fases que van desde la salida de una habitación donde se celebran los cultos, hasta llegar a usar el mismo lugar en que anteriormente se celebraban. No hay duda que fue una nueva etapa y con ella nuevas posibilidades. El esfuerzo de los hermanos de los hermanos permitió que la Obra se desarrollara en La Algaida, Ulea, Molina, y ya más últimamente en Cieza y en otros pueblos de la Comarca. En el año 1.970, con la encomendación del hermano Francisco Martínez a la obra del Señor ha permitido este despegue que está culminando con la construcción de la nueva Capilla en Archena. Las perspectivas son muy buenas por el entusiasmo con el que los hermanos están trabajando en todo el distrito.

 
(Fin del artículo redactado por Joaquín Guerola para la revista "Edificación Cristiana", número 73, mayo-junio de 1.978)

 
Página web actualizada de la iglesia evangélica en Archena: http://archenaevangelica.org/

 

Para conocer la historia más detallada de la obra evangélica en Archena consultar aquí: http://archenaevangelica.org/historia/index.HTML
 
(*) También hemos encontrado este apellido escrito como Aerni, a veces los apellidos extranjeros daban lugar a confusión a la hora de escribirlos.
Foto: Familia Aerni
 
 

lunes, 18 de noviembre de 2013

El sureste de España: comienzo de la obra evangélica. (III parte, redactado en 1.978)


ALMERÍA

Es realmente una obra de reciente crecimiento. Fue durante el periodo 1.931-36 que un misionero canadiense estuvo en Almería trabajando para establecer obra del Señor. Con la venida de la Guerra Civil salió para su país. Aunque solamente unas pocas personas fueron convertidas y apenas hubo oportunidad de establecer una iglesia, allí quedó un hermano, don José García, quien durante el periodo de la post-guerra estableció contacto con don Juan Biffen en Madrid. Fue don Juan quien se empezó a interesar por Almería y a su requerimiento don Pedro Martínez desde Águilas y un servidor desde Cartagena iniciamos nuestras visitas. Los cultos se celebran por las casas, especialmente en una pequeña cocina, pero el Señor bendijo el testimonio y se levantó una Iglesia que fue creciendo, en algunos momentos con muchos problemas, en otros, con mucho temor, pero con confianza. En el año 1.964, se puede conseguir la compra de un pequeño local. En el 70 se amplía con la compra de la casa, en la que había de ocurrir en el 76 el tremendo accidente. El Señor ha mantenido el testimonio y los ha prosperado en medio de grandes dificultades y en el día de hoy, y aún dentro de lo que ha podido suponer la experiencia pasada, los hermanos se están esforzando por la extensión de la palabra. Se espera con ansia la terminación de la obras de la reconstrucción de la Capilla que esperamos marca una nueva etapa en Almería.

 

ÁGUILAS

Los principios de la Obra se remontan a finales del pasado siglo. Hacia el 1.890 se localiza en Águilas la presencia de un misionero escocés, don Roberto Simpson, arquitecto de profesión, que realiza una labor intensiva tanto en el pueblo como en el distrito. Las gentes responden al Evangelio y pronto se levanta una Iglesia numerosa y activa. En 1.906 se construye la actual Capilla, cuyas dimensiones señalan una congregación numerosa. Al mismo tiempo y a raíz del segundo matrimonio de don Roberto, se construye la Casa de Paz (la actual cocina de las clases de verano); desde donde la nueva esposa de don Roberto, doña Lina, ejercerá una labor como enfermera extraordinaria, recibiendo ancianas en ese lugar, y dando asistencia médica a todo el que la solicitaba. Esto permitió grandes oportunidades para el testimonio del Evangelio. Después de la muerte de don Roberto, doña Lina siguió con su labor, de la que aún en el día de hoy queda recuerdo. El trabajo de don Roberto será intensivo. Con un burro va a recorrer una amplia zona, que dará como resultado la formación de iglesias en Medrano y Almendricos, alcanzando también Lorca. Resulta admirable pensar en la manera que tuvieron que luchar y trabajar para conseguir que el Evangelio llegara hasta estos lugares. Hoy apenas quedan unas huellas de toda esa labor, si bien en Medrano sigue en pie la Capilla y un grupo de hermanas -especialmente- con las visitas periódicas desde Cartagena y Águilas, se reúnen para celebrar culto una vez al mes. Mataró, especialmente, en la provincia de Barcelona, tiene un buen grupo de hermanos de ese distrito.

A la muerte de don Roberto seguirá la presencia de otro misionero Sr. Barnés, que saldrá de Águilas durante la Guerra Civil, para no volver. Las huellas de la guerra serán profundas, y la Asamblea pasará por periodo difícil que irá mermando su membresía. En el año 1.953 -diciembre-, don Pedro Martínez, encomendado por los hermanos de la iglesia en calle Teruel, vuelve a establecer su domicilio en Águilas, produciéndose, por su parte, una actividad que le llevaría hacia Cartagena, Ramonete, Casa de la Mina, Almajalejo, Medrano, Almería, además de la misma iglesia de Águilas.

En estos días la Asamblea en Águilas está manifestando un nuevo despertar con el regreso de algunos hermanos que habían marchado al extranjero y a otros que se han establecido cerca de Águilas lo que está permitiendo nuevas actividades que ponen de relieve las posibilidades de alcanzar a más personas.

 


(Continuará)

(Redactado por Joaquín Guerola para la revista "Edificación Cristiana", número 73, mayo-junio de 1.978)

Foto: fachada de la capilla evangélica en Águilas.

lunes, 11 de noviembre de 2013

El sureste de España: comienzo de la obra evangélica (II parte, redactado en 1.978)


"CARTAGENA
 
... Pero su salud se ve quebrantada y en enero del 47 pasará a la presencia del Señor...

Poco antes de la partida de nuestro querido hermano don Carlos Coll, regresa a Cartagena don Juan Richards y esposa, y con ellos la viuda de don Ricardo Holloway, doña Adela, que había fallecido en Inglaterra unos años antes, y su hija Lina. La estancia de don Juan será corta, regresan a Inglaterra, para no volver más a Cartagena. Poco después pasaría a la presencia del Señor.

En el año 1.953 se produce la llegada a Águilas del siervo de Dios, don Pedro Martínez, quien a partir de esa fecha visitará la Asamblea cada dos meses durante muchos años. Sus visitas serán apreciadas por los hermanos. También la Iglesia recibe periódicamente la visita de los evangelistas srs. Aguilera y Villar, quienes residen en Murcia.

Una nueva etapa se produce en el mes de febrero de 1.957. La llegada del siervo de Dios, Joaquín Guerola, para instalarse en Cartagena. La iglesia, que siempre ha mantenido su espíritu misionero, se siente animada y apoya el esfuerzo para extender el Evangelio en la Región y ayudar a los hermanos dentro del distrito. Son, durante muchos años, los hermanos en Archena quienes recibirán la ayuda más constante, tanto del ministerio como de colaboración en el sentido más amplio de la palabra. Además Águilas, Almería y, a más distancia, otros hermanos en el Sur de España.

En el año 1.961 y sintiendo la necesidad de las clases para jóvenes durante el verano se inician las Clases de Verano en Águilas. La iglesia se siente identificada con las Clases y es una etapa muy bendecida por el Señor por la posibilidad de que los jóvenes en todo el Sur puedan disponer de esos días de comunión y enseñanza de la palabra.

En el año 1.965 se inaugura la nueva Capilla en Cartagena. Es un gran salto en todos los sentidos y la iglesia se siente bendecida y el gozo empuja el testimonio. Las reuniones por las casas se mantienen en una manera periódica con gran bendición para la Asamblea.

En el año 1.973 y después de un largo proceso de oración y preocupación se abre un nuevo local en Murcia capital. Unos pocos hermanos asisten y con el apoyo de otros desde Cartagena el testimonio se mantiene. En el año 75 se enriquece con la llegada de los srs. Finingan, matrimonio misionero que han trabajado muchos años en el Perú. El trabajo personal de ellos está permitiendo que se puedan tener contactos personales con muchas personas. El trabajo no es fácil, pero las puertas se mantienen abiertas y en estos cinco últimos años un número importante de personas han oído el mensaje del Evangelio y han recibido testimonio escrito de su amor y gracia.

El testimonio de la Obra en Cartagena queda vinculado también a las Asambleas de la Región, especialmente en estos últimos 20 años, así tenemos que:

ALMERÍA

Es realmente una obra de reciente crecimiento..."

 

(Continuará)

(Redactado por Joaquín Guerola para la revista "Edificación Cristiana", número 73, mayo-junio de 1.978)
Foto: fachada de la Capilla Evangélica en Cartagena.

lunes, 4 de noviembre de 2013

El sureste de España: comienzo de la obra evangélica. (I parte, redactada en 1.978)


CARTAGENA.

Las primeras noticias de Obra Evangélica en Cartagena, se remontan al año 1.836. El testimonio viene por una lápida existente en el cementerio llamado de "los ingleses", pero su nombre oficial es de "Cementerio Protestante". En esa época ya existía una Capilla Anglicana, construida por la Colonia inglesa en Cartagena para celebrar su culto de acuerdo con su fe. Es notable el hecho de que en los Archivos Municipales y en una de sus actas se hace constar la presencia de un grupo de protestantes en la Ciudad. En las mismas actas ya en el año 1.870 se señala a Felipe Orejón como pastor de la Iglesia Protestante. En efecto, en el cementerio protestante se encuentra la tumba de don Felipe Orejón juntamente con la de su esposa y una niña.

La primera persona de las Asambleas de que tenemos noticias de su llegada a Cartagena es de don Samuel Payne. Fue su estancia breve, pero a su regreso a Barcelona se interesó por el testimonio en este distrito a casusa de la conversión de don Pedro Rubio.

Los primeros misioneros llegaron en el año 1.875, sus nombres don Juan Richards y don Ricardo Holloway. Es interesante reseñar que el viaje de Barcelona a Cartagena lo realizaron con bicicleta. Los dos eran solteros y juntos empezaron a testificar del Evangelio en una Aldea próxima a la Ciudad, El Algar. No tardaron mucho en regresar a Inglaterra para volver casados, don Juan con doña Ana y don Ricardo con doña Violeta. Parece ser que don Juan y su esposa se trasladan a Cartagena y don Ricardo queda en El Algar. El testimonio del Evangelio da sus primeros frutos y un matrimonio recién casados so bautizados. Las condiciones de vida no eran muy saludables y doña Violeta fallece al nacer su hija. Sus restos son enterrados y así se conservan en el Cementerio protestante de Cartagena. Don Ricardo sigue trabajando en el distrito, mientras don Juan lo hace en la Ciudad. En medio de esa labor descubren que en uno de los barrios de "extramuros" S. Antón, un cuarteto de hombres se reúnen para leer la Biblia. El resultado es que se convierten, son bautizados y así se forma el primer núcleo de Iglesia. Se ha llegado al año 1.898. Ya tenemos en esas fechas las primeras actas de la actuación de la Iglesia, y los nombres de sus miembros. Don Ricardo, mientras tanto, se ha vuelto a casar y se instala definitivamente en Cartagena. La labor evangelizadora da la oportunidad de abrir testimonio en los pueblos de alrededor. La Unión, Molinos Marfagones, se llega hasta Alicante, Murcia, Archena. Cualquier oportunidad que se presenta es aprovechada. Así surgen los colportores que salen a los pueblos con la palabra de Dios. Es una época en que el Señor bendice y prospera el Evangelio y aunque no faltan las dificultades propias de la época la Obra crece y el Señor añade a la Iglesia los que han sido salvos. A la mitad de los años treinta Cartagena cuenta con dos Asambleas, una en el barrio de San Antón y otra en la misma ciudad, en un lugar céntrico. Los siervos de Dios mantienen una labor amplia, ya que durante ese tiempo les vemos viajar por distintos lugares de nuestro país. La impresión es que el Evangelio ha entrado en una fase de prosperidad.

Sin embargo, la guerra Civil marca una época negativa para el testimonio del Evangelio en Cartagena. Ciudad militar, se convulsiona y los grandes movimientos de gentes se hacen notar con las dificultades para hablar del Evangelio. Los siervos de Dios deben abandonar Cartagena por disposición del Consulado. Los jóvenes y no jóvenes son incorporados a filas. Los bombardeos de la ciudad dificultan los cultos y la Iglesia sufre por ello. El testimonio se mantiene, pero las huellas se dejan sentir. Así se llega a 1.939.

Cartagena queda traumatizada como resultado de la contienda. Aquí la guerra termina el 31 de marzo del año 1.939. Las consecuencias se dejan sentir entre los hermanos. Un buen número tendrán que buscar otros lugares de residencia. Don Ricardo ha partido para estar con el Señor, el regreso de don Juan se alarga debido a la Segunda Guerra Mundial, pero Dios levanta el hombre providencial. Don Carlos Coll, militar de carrera, Comandante de Infantería de Marina y Juez Militar durante la Guerra Civil, se convierte al Evangelio. Su carácter humilde y retraído le hace pasar casi desapercibido antes de la Guerra Civil. Su alto cargo durante la guerra no le deja mucho tiempo. Al terminar la guerra se le procesa y se le quiere condenar a muerte. Le salva su conducta, su testimonio intachable. Es el único que escapa de la muerte entre muchos militares que quedaron en Cartagena durante la contienda. Eso sí, se le separa del servicio activo, es ya teniente Coronel. ¿Qué sería hoy? Pero aquella situación le da la oportunidad de dedicar tiempo y esfuerzo para el Señor. Lucha por el Evangelio y, aunque le trae grandes problemas, incluido su propia familia y las gentes que le rodean, tiene el aprecio de sus hermanos y la bendición del Señor, y la Iglesia se beneficia de ello.

Pero su salud se ve quebrantada y en enero del 47 pasará a la presencia del Señor...

 

(Continuará)

(Redactado por Joaquín Guerola para la revista "Edificación Cristiana", número 73, mayo-junio de 1.978)

Foto: Cartagena durante un bombardeo en la Guerra Civil.