“Salimos
de la iglesia del Señor en Telde (Gran Canaria) para la isla de Fuerteventura a
la obra, sintiéndonos llamados a ella. Era el 24 de junio del año 1.968. En
medio de grandes dificultades, pues algunos hermanos no creyendo que fuera la
voluntad del Señor para nosotros se oponían; no porque nos dejaran de amar,
sino pensando en las dificultades que la isla presentaba y además porque
tendríamos que estar solos sin el aliento y comunión de ellos, pues en aquella
fecha nadie había aquí con un testimonio permanente.
Pasados
seis meses, en enero del año 1.969 fuimos encomendados a la gracia del Señor,
por la iglesia de Telde.
Nuestro
primer tiempo aquí fue muy difícil, pero nunca nos faltó la ayuda y bendición
del que nos llamó, siendo Él tan fiel como lo fue con su pueblo Israel en el
desierto; suministrándonos la porción de cada día, tanto espiritual como la
material, que como hijos necesitábamos.
La
obra se empezó haciendo amistades con las personas y vecinos más cercanos, los
cuales de pronto nos abrían las puertas con mucho gusto; pero esto sólo fue
hasta que supieron quién éramos y el sobrenombre que asustaba enormemente a
todas las persona (Protestante).
Seguimos
la amistad de aquellos que no nos cerraron las puertas, y así tres largos años,
visitando y tratando de hacer cuantos contactos nos fueran posibles.
Como
reunión en nuestra casa fue la Escuela Dominical, ya que nos fue más fácil
reunir niños, y gracias al Señor muchos fueron los que venían, quedando algunos
hasta el día de hoy.
En
cuanto a la obra entre los adultos; el primero fue un señor, patrón de un barco
de cabotaje, que recibió el evangelio, pues era el que nos trajo los utensilios
a esa isla, él es nativo de aquí, no se avergonzaba de visitarnos siempre que
estaba en el puerto, siendo fiel a la palabra desde que la conoció.
A
los tres años una señora, Carmen Hernández, tras ella su hija, otro señor con
su esposa, y así han seguido sumándose a la lista un pequeño grupo de creyentes
que el Señor ha levantado en este lugar.
El
primer bautismo fue el de nuestra hermana Carmen Hernández. A los dos años, el
15 de agosto de 1.975, cuatro más; habiendo quedado otros con el deseo de
hacerlo, pero impedidos por muchos problemas conyugales.
En
total somos siete bautizados; además de éstos un buen grupo se reúne y están
creciendo en el conocimiento de la palabra.
Los
cultos ya están normalizados, pues al principio tuvimos que hacerlo por la
noche, debido al temor de la gente.
Los
domingos tenemos E. D. a las 10,30 de la mañana, luego la Santa Cena a las 6 de
la tarde, los miércoles, estudio bíblico y viernes culto de oración. Todo esto
ungido a la visitación y estudios en los hogares fuera y dentro de la capital;
cosa ésta que ha dado muy buenos resultados; ya que tenemos oportunidad de
conocer más de cerca los problemas de cada familia que tratamos.
Al
llevar la palabra, siempre hemos usado la Biblia católica-romana, ya que las
personas consultan al cura si pueden leerla, y viendo que es su editorial y la
versión N. C. ha dicho siempre que la pueden leer; esto ha echado muchos
prejuicios fuera de las gentes. También ofrecemos literatura toda la que
podemos, acompañada por una palabra de estímulo.
El
problema más urgente que tenemos es un local apropiado, ya que los cultos son
en nuestra casa, siendo múltiples las incomodidades. Si bien ya tenemos un
solar en un sitio bastante céntrico, donde en la voluntad del Señor deseamos
empezar, pero aún no tenemos el plano.
Estamos
procurando establecer cultos de señoras en las casas de las hermanas, con el
fin de poder alcanzar a las que por miedo no vienen a nuestra casa.
Debido
a la descolonización del Sahara Español, muchas personas que trabajaban allí,
así como fuerzas militares han venido a establecerse aquí, aumentando así la
población de la isla. Oren por nosotros y los creyentes aquí; para que podamos
llevarles el mensaje a tantas almas que lo necesitan.
Las
circunstancias más favorables que vemos, al ver que en este año entramos en los
últimos veinticinco años del segundo milenio después de Cristo son:
Positivos:
a)
Que
los problemas de nuestro planeta nos acercarán más al Señor, viendo el
cumplimiento de Su palabra.
b)
Que
actualmente gozamos de una libertad que antes no teníamos.
c)
Que
los medios de comunicación, radio, televisión, etc., pueden hacer que el
evangelio llegue a todos los lugares con más rapidez.
d)
Las
vidas cristianas alumbrando en plenitud, pueden alcanzar un área muy extensa.
Negativos:
a)
Falta
de obreros.
b)
Falta
de vocación y espíritu de servicio en los creyentes.
c)
Materialismo
en la iglesia.
d)
Encarecimiento
en todos los medios de comunicación para la extensión del evangelio.
e)
Una
sociedad desmoralizada y desorientada.
En
resumen, el resto del segundo milenio se presenta a nuestra vista muy oscuro, amenaza
de hambre, sediciones, desempleo. Y un constante foco de inquietudes que viene
de oriente.
En
cuanto a la obra en las islas vemos que muchos puntos, especialmente las
capitales de provincias, como son Santa Cruz de Tenerife y las Palmas de Gran
Canaria tienen iglesias establecidas de varias denominaciones; aunque ésta
última capital Las Palmas, centro, no hay nada; por cuanto las iglesias que hay
están más arrimadas al puerto de la Luz, y la iglesia de Ciudad Alta abarca una
gran área pero no la Ciudad Baja. Dándonos mucho que pensar ver la ciudad tan
grande y tan poco testimonio. Así como islas que no tienen obreros permanentes;
que son La Palma y Lanzarote, aunque están siendo atendidas por obreros de
otras islas.”
Escrito por
Francisco Ortega.
(Artículo
publicado en la revista “Edificación Cristiana”, Núm 2, Año 1.976)
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