3ª
Etapa:
En
esta fecha, ya éramos 53 miembros en comunión, más unos 35 que eran niños,
jóvenes y familiares congregantes, que de esta manera formábamos cerca de los
cien, los cuales, sabiendo la responsabilidad y los deberes que a cada uno nos
tocaba, nos hemos puesto a trabajar: a) para edificar espiritualmente la
iglesia, con la sana doctrina y todo el consejo de Dios; b) para edificar
seguir adelante con la proclamación del Evangelio y ganar almas para Cristo, y
c) para ir amortizando la deuda que habíamos contraído mediante los préstamos
de dinero para la construcción del nuevo edificio. Y así, teniendo estos tres
puntos delante de nosotros y reclamando la ayuda del Señor, nos enfrentamos con
esta 3ª etapa de la vida de esta iglesia. El diablo no ha cesado de
"arrojar sus dardos" sobre las heredades del Señor, pero en todo
momento hemos notado la presencia de Aquel que todo lo puede, y que permanece
fiel al lado de sus siervos para ayudarles a llevar "la carga".
En
el año 1.966, eran promovidos a las glorias del Señor sus siervos doña Elena y
don Edmundo Woodford, que como queda dicho había servido al Señor y a la
iglesia, en calle General Aranda, 25, desde el año 1.938; estos siervos de Dios
han realizado una labor muy constructiva en Vigo, ya que don Edmundo era
siempre muy dinámico en todas las facetas de la Obra del Señor, pues en lo que
respecta a la Obra en esta zona de Lavadores, nosotros le debemos mucho a estos
siervos, ya que tanto sus consejos, como su ayuda moral y espiritual, siempre
eran muy oportunos; todos los hermanos en Vigo, como fuera de esta ciudad (ya
que don Edmundo era además de pastor un auténtico misionero), así de esta
manera era conocido y estimado en toda España, a los cuales tenemos todos mucho
que imitarles, todos estamos muy agradecidos al Señor por haberles enviado a
nosotros y poder disfrutar de su ministerio por más de 46 años aquí en Galicia.
Estamos
en 1.976 y durante estos once años transcurridos de esta tercera etapa en
nuestra iglesia, ha habido sus "altibajos", nuevas almas han sido
alcanzadas para Cristo, algunos hermanos se han ido al extranjero, otros
militan en Iglesias hermanas; también algunos ya fueron llamados por nuestro Redentor
para gozar de sus "moradas eternas con Él". También hemos recibido a
otros que han venido de iglesias vecinas, y así, en la actualidad, podemos
contar con 73 miembros comulgantes y 60 congregantes. Nuestras actividades son
las normales de una iglesia local; los domingos tenemos, a las 10 horas,
"la mesa del Señor". A las 12, Escuela Dominical y a las 6 de la
tarde, proclamación del Evangelio; los lunes, a las 8, culto de oración; los
miércoles, también a las 8, ministerio y enseñanza de la Palabra de Dios para
creyentes; el grupo de señoras se reúne cada quince días para celebrar su culto
de oración, y cada jueves para realizar sus visitas domiciliarias a enfermos,
etc. La juventud también tiene su actividad propia; en esta iglesia se edita
una revista trimestral multicopiada, "El sembrador cristiano", que,
de momento es la única en nuestros medios aquí en las iglesias de Galicia. En
cuanto a la evangelización, estamos haciendo todo lo que el Señor nos concede;
el año pasado y en colaboración con "Evangelismo en Acción", se han
realizado por toda esta zona más de 300 encuestas sobre Jesucristo, muchos nos
dieron su dirección para recibir el disco y el curso bíblico, luego hemos
visitado a algunos de aquellos que vimos más interesados, pero su interés por
las cosas de "arriba" ha sido muy pobre, ya que la confusión de
diversas sectas que existen en esta ciudad lo eclipsa todo. También se ha
"sembrado" con tratados y literatura bíblica, por varias veces, todos
los barrios y aldeas y calles del contorno de la ciudad, pero hasta ahora poco
fruto se ha visto de esta labor.
Aquí,
en Vigo somos tres iglesias hermanas, y entre las tres seremos unos 300
creyentes. La ciudad tiene unos 250.000 habitantes, así que aún no somos un 3
por 1.000, pero creemos que mucho más podríamos hacer si en realidad hubiera
más espiritualidad en las vidas de los creyentes.
Y
ahora, pensando algo en cuanto al futuro, y sobre todo en estos 25 años que
restan de este siglo, ¿qué diremos? Pues que el Señor tiene un propósito para
la Iglesia, ya que de otra manera ya la tendría con Él en el cielo; y el
propósito es que todavía no está completado el número de sus redimidos, y Él
nos tiene a nosotros aquí en la tierra para usarnos en este ministerio; sabemos
que los días son malos, pero ¿cuándo fueron buenos? Yo creo, amados hermanos,
que no podemos alegar excusa alguna para hablar de Cristo a toda criatura;
libertad tenemos la que queremos, nadie nos impide predicar el Evangelio, lo
que hace falta es que lo hagamos menos con nuestra boca y sí más con nuestro
testimonio y con nuestras vidas, ya que la gente lo que quiere es ver y no
tanto oír.
(Fin de la serie)
(Redacción: Josué
González)
(Publicado en la
revista "Edificación Cristiana", año 1.976, Núm 4)
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