Carta escrita desde
Segovia:
"Durante
nuestras vacaciones en los alrededores de Segovia, el sr. Stanley y yo hemos
tenido algunas experiencias remarcables relacionadas con pastores.
Estos hombres, que
están en los campos todo el día, y ven muy poco a los suyos en el hogar, están
encantados de que alguien les hable. Nuestra primera oportunidad fue al conocer
a dos de ellos mientras caminábamos una tarde. Estaban sentados al lado del
camino, y después de una corta conversación, fuimos invitados a sentarnos con
ellos en sus mantas.
El Evangelio era
algo nuevo para ellos, así que escucharon con atención palabras de Juan 10.
Pasamos como una hora con ellos y nos hicieron muchas preguntas sobre la
Biblia. "¿Es un buen libro cuando uno se está muriendo?" y otras por
preguntas por el estilo; esto nos habla de que no sabían nada del precioso amor
de Jesús.
Todos tenían su
propia "honda" (tirachinas), que estuvimos encantados de examinar y
usar, pero no muy habilidosamente; ellos sí la usan con destreza, y envían una
piedra con gran velocidad y puntería. Esto nos recordó mucho del Antiguo
Testamento donde aparece David con su honda, y cinco piedras sacadas del
arroyo.
Otro día conocimos
a un joven que era más instruido, ya que sabía leer. Después que leímos varios
pasajes en el Nuevo Testamento, expresó su deseo de comprar uno. Prometimos
darle uno al siguiente sábado, y así concertamos encontrarnos de nuevo. Para
nuestro gozo, él estaba esperándonos ese día y con buen agrado aceptó el
"tesoro". Nos dijo que había visitado una casa cercana cada día para
preguntar si nos habían visto de nuevo porque le prometimos dejarlo allí si no
podíamos verle. Agradecemos a Dios por esta oportunidad, y oramos para que sus
ojos puedan ser abiertos ante "el Cordero de Dios que quita el pecado del
mundo".
Muchos otros que
hemos conocido son para nosotros de ánimo ya que muestran deseo de oír la
Palabra, y donde las oportunidades se dan les visitamos de nuevo.
Alabamos al Señor
por su bondad, y oramos para que el Evangelio sea llevado a los pueblos vecinos
por estos pastores."
W. E. Barnard.
(Fuente: Revista
"Gleanings from Spain, nº11, noviembre de 1.898, traducido del inglés)
1 comentario:
Me ha gustado la carta y foto tiendo en cuenta que mi padre fue pastor en su adolescencia y juventud en la tierra donde narran los hechos los misioneros, la zona de la sierra de Segovia, más concretamente en Arcones, Navafría,..
El valor y la entrega de los pastores no tiene comparación, sirva un suceso entre otros muchos:
"la defensa del rebaño" con la honda (no tirachinas, como se dice en la carta) y una garrota ante el ataque de los lobos, siendo mi padre un chaval de 13 años y estando acompañado solamente de dos fieles mastines en la cumbre de la sierra. Finalmente un lobo se llevó un pequeño cordero que pertenecía a mi padre. Ejemplo dado para todos los que queremos servir al Príncipe de los pastores.
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