"El
día 22 de enero, a las 5 de la tarde se celebró en Madrid, barriada de
Carabanchel, el culto oficial de inauguración de la nueva Obra que allí se ha
iniciado, cuyo acto resultó emotivo y solemne, teniendo el privilegio de poder
contar con la representación de hermanos de otras iglesias de Madrid y aun de
varias partes de España.
Como
reseña de un acto estas breves líneas tal vez podrían valer y cumplir su
cometido, pero detrás del acto y en la importancia del acontecimiento vemos
mucho más que merece ampliar nuestras notas.
Todo
cuanto se relaciona con la Obra del Evangelio en España en nuestros días es
noticia, más aún, cuando se trata del establecimiento de una nueva Iglesia que
se funda conforme a las normas y exigencias del Nuevo Testamento, para ser
testigos de la maravillosa gracia de Dios manifestada en Jesucristo.
Una
Iglesia grande tiene sus ventajas y también sus inconvenientes, y por
experiencia podemos hablar así mirando la de Trafalgar, y podemos decir
conforme al propio testimonio de las Sagradas Escrituras que no es un fin en sí
misma, más bien un medio, un punto de partida de donde se espera que irradie
nuevo vigor, fulgor para el testimonio del Evangelio. En Trafalgar durante
varios meses estuvimos viendo "una puerta abierta" en aquella
barriada populosa, Carabanchel, en la cual se podría predicar el Evangelio, ya
que un buen núcleo de hermanos tienen su zona de residencia por aquel sector, y
se podría establecer una Iglesia.
Hubo
un periodo de oración y acción, lo cual dio como resultado la posibilidad de
alquilar un local y empezar las reuniones de oración y predicación del
Evangelio hasta el momento de establecer de forma oficial una nueva Iglesia, la
Iglesia de Carabanchel.
No
es un paso sin trascendencia, algo a que se ha llegado de forma fácil, ha
costado vencer momentos difíciles, emociones y sentimientos, lo que se ha
conseguido gracias a la ayuda del Señor.
Si
bien el momento es bastante favorable no está exento de dificultades, de
inconvenientes, de oposición pues no contamos con ninguna clase de ayuda para
poder iniciar esta clase de testimonio, quedando todo esfuerzo como patrimonio
de los hermanos que allí desean testificar.
Entendemos
bien el mensaje del Evangelio y ya sabemos que testimonio, manifestación del
evangelio en nuestra patria significa eso, lucha, oposición, sacrificio, todo
lo cual aceptamos con agrado.
Frente
a toda limitación humana, sabemos con firmeza que contamos con la ayuda del
Señor quien siempre estuvo al lado de los suyos, y claro ejemplo nos ha legado
la historia de la iglesia en toda época, bajo toda suerte de gobiernos ¡sólo
contamos con la fidelidad del Señor para seguir adelante en su obra!
Cálidas
y sinceras fueron las palabras de aquellos hermanos que en representación de
otros grupos hicieron patente su alegría ate este nuevo punto de testimonio, al
cual se dirigieron llamándole "suyo" ya que en la obra del evangelio
en España no hay triunfos personales lo que hace un hijo de Dios pertenece a
"todos" y lo que unos consiguen, sean de la denominación que sean, es
también patrimonio de los demás.
Delante
del Señor se tomó el compromiso de usar este nuevo local siempre para la
predicación del Evangelio y para la edificación del pueblo de Dios.
La
asistencia fue tal que el coro de la Iglesia de Trafalgar tuvo que permanecer
en la antesala y cantar desde allí, y numerosos jóvenes hubieron de salir a la
calle para dejar espacio a hermanos y amigos que nos visitaban.
Decimos
como dijera Salomón en aquella solemne ocasión cuando fue dedicado el templo,
que la gloria de Dios no se puede contener en casa o edificio esa gloria que escapa
a las limitaciones humanas, que llena los cielos de los cielos, la morada del
Dios tres veces santo, pero estamos seguros que conforme a la promesa de su
palabra, estará con nosotros y en medio de nosotros donde dos o tres estemos
reunidos en su nombre (Mat. 18:20)
Una
nueva Iglesia más en Madrid que codo con codo luchará junto a sus hermanos más
veteranos, que unirá sus oraciones y sus esfuerzos para que el evangelio sea
extendido, para que el nombre de Jesús sea conocido, para que la obra de la
Cruz tenga mayor alcance y nuevas almas vengan al arrepentimiento y a la
fe."
(Redactado
por L. Roldán, publicado en "Edificación Cristiana", Enero-Febrero de
1.967)
Página
web de la AA.HH. en Carabanchel en la actualidad:
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