Reiteramos a nuestros hermanos recién bautizados, el gozo
de nuestra comunión y el ferviente deseo de que sus vidas sean para la gloria
de Dios por Cristo Jesús en la Iglesia.
En nuestra capilla de Vallecas hemos celebrado del 17 al
23 de abril pasado unos cultos especiales de evangelización que han culminado
con un acto al aire libre el domingo 23 desde las doce a las dos de la tarde en
el Parque Azorín de este distrito de Vallecas.
El predicador para esta campaña ha sido don Miguel
Valbuena, de Barcelona, y hemos tenido unos cultos muy hermosos con resultados
visibles de cinco jóvenes que manifestaron aceptar a Cristo, amén de muchas
personas interesadas, algunas siguen viniendo a los cultos, y muy buenas
oportunidades de testimonio personal después de cada reunión. Los mensajes han
estado a la altura del auditorio y de los tiempos que vivimos, proclamando el
Evangelio con mucha sencillez y manifiesto poder del Espíritu Santo.
En cuanto al acto al aire libre en el parque mencionado,
hubimos de proveernos de la correspondiente autorización gubernamental mediante
la gestión del señor Cardona, secretario del Servicio Evangélico de Asistencia
Legal, y aunque hubimos de dar muchos pasos, el Señor ayudó en todo y por fin
pudimos tener el permiso del Gobierno Civil como también de la Dirección de
Parques y Jardines. Conjuntamente con este acto, coincidiendo con el “Día del
libro”, se tuvieron dos puestos de libros, uno dentro del parque y otro fuera,
lo cual también fue una oportunidad de hermoso testimonio y venta de literatura
evangélica. En las dos horas mencionadas, de 12 a 2 del domingo 23, tuvimos la
proclamación del Evangelio con mensajes breves del señor Valbuena y otros hermanos
de esta Iglesia. En la parte de canto y música tuvimos la colaboración de un
joven de la iglesia de Getafe, Alberto, y David y Arnaldo de la iglesia de
Pueblo Nuevo, que juntamente con el coro de la iglesia realizaron una labor
magnífica dentro de este acto. Y algo muy maravilloso fue la obra personal por
todo el parque: se formaron grupos muy interesantes, toda la iglesia trabajaba
con gozo, incluso los jóvenes que dieron testimonio durante la semana, uno de
ellos hablaba con un grupo de jóvenes y les decía: “Vuestros mismo problemas
eran los míos hace unos días, y ahora al aceptar a Cristo, Él los ha hecho
desaparecer”, y daba este testimonio con gozo y seguridad.
Llenos todos de gozo por esta experiencia maravillosa, y
nueva por las puertas que el Señor abre en estos tiempos, a las siete de la
tarde tuvimos la Mesa del Señor.
También nos fue permitido instalar en el parque unos
altavoces mediante baterías, y así pudimos anunciar el Evangelio a muchísimas
personas que se congregaron allí y a otras que estaban más retiradas e incluso
de las casas cercanas. Los días anteriores el tiempo no estaba muy bueno, pero
durante aquellas dos horas lució el sol, se quitó el viento y, por ello, la
asistencia fue mayor. Así que el Señor contestó también nuestra oración por un
buen día, a pesar de las previsiones adversas del “hombre del tiempo”.
Ahora, con mucha gratitud a Dios en nuestros corazones,
deseamos que esto sea para su gloria, y con mucha confianza dejamos los
resultados en sus manos sabiendo que Él va a fructificar la abundante siembra
realizada. Y si Él nos sigue guiando por este camino, estamos muy dispuestos a
repetir la experiencia cuantas veces sea necesario y Él nos guíe para ello.”
Publicado en la revista “Edificación Cristiana”, mayo de
1.972
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