“Ocurrió como suelen ocurrir estas cosas: alguien
enfrentó el problema de cara. Una ancianita miembro de la congregación de
Linares, allá en la provincia de Jaén, vive en extrema pobreza. Su condición de
evangélica hace poco recomendable su ingreso en un asilo de ancianos estatal.
El problema está, es historia. Debe resolverse. Ahí mismo se inicia la andadura
que lleva hasta el casi concluido Hogar denominado “La Granja”.
Luego surgirán otros casos urgentes. Y la asamblea
pensará que se impone construir una casita para albergar y cuidar a esos
hermanos. Se comprará una reducida parcela y se soñará en el hogar. Luego la
visión trasciende el ámbito local: se conocen casos tristes de otros rincones
de España. Los hogares de ancianos que ya funcionan pueden atenderlos todos.
Pero ¿cómo empezar un hogar a escala nacional? El texto de Santiago sigue ahí:
“Y si un hermano o una hermana están desnudos y tienen necesidad del
mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros dice: Id en paz, calentaos y
saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué
aprovecha?”. Y las palabras de Juan: “Pero el que tiene bienes de este mundo y
ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el
amor de Dios en él? Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de
hecho y en verdad”. Y se alumbra el plan: “Construiremos un hogar
interdenominacional para atender las necesidades de toda España que se nos
presenten”. Luego viene la consulta con otros hermanos que acogen el plan con
alegría y voluntad firme de realizarlo. Se forma un Comité de trabajo y
comienzan los milagros…
Primer milagro: el terreno. El que la congregación de
Linares ha adquirido dista mucho de cubrir las necesidades. Dios guía a comprar
uno mayor, a sólo dos kilómetros de la ciudad, en una carretera a las viejas
minas de Arrayanes. Veinticinco mil metros cuadrados al ridículo precio de
125.000 pesetas y ¡con facilidades de pago! Para tener una idea de su
grandiosidad aquí van unos datos: podría alojar fácilmente seis estadios de
futbol; plantado de olivos, se recogerían dieciocho toneladas de aceitunas
anuales; y si se parcelara para edificar viviendas, permitiría un complejo
urbanizado capaz para mil familias, además de sus correspondientes bajos
comerciales. Ese terreno es un regalo de Dios. ¡A menos de cinco pesetas el
metro cuadrado! Con el dinero del primer terreno y la ayuda de mayordomos de
Dios se comienzan a cubrir los primeros gastos.
Pero, ¿por qué La Granja? El nombre surge como ideal
porque los estudios y planteamientos que se van perfilando apuntan a la
creación de un lugar donde se aplique plenamente la llamada terapia ocupacional
de que hablan y escriben los expertos en geriatría. Un verdadero hogar y no un
asilo; un hogar, el de los viejos, de donde puedan salir y entrar a su antojo;
con ganado de varias clases para atender, con árboles frutales que cuidar, con
jardines que mimar, todo a cargo de los mismos ancianos. El arquitecto, amigo y
simpatizante, trabaja con entusiasmo en el proyecto. Corre 1.969.
Segundo milagro: el agua. Llega Ureña, el gallego de Lugo
que enterado del plan ofrece sus capacidades como experto en el alumbramiento
de aguas y su experiencia agrícola y ganadera. Señala un lugar de la finca y se
inician las perforaciones. “A los doce metros tendremos agua”, dice el gallego.
Y las gentes del lugar sonríen socarronamente y dicen que no, que con mucha
suerte podrán encontrar agua a los cincuenta o sesenta metros. Es lo propio en
esa tierra. Pero se ora mientras se pica la dura piedra. A los doce metros
comienza a manar el agua abundantemente. Es la segunda confirmación de parte de
Dios.
Tercer milagro: la urbanización. Un buen día, en los
límites de la propiedad un grupo de hombres descarga sus herramientas y
comienza a trabajar. Cuando se les pregunta qué hacen, la respuesta es
sorprendente: “Vamos a urbanizar estos terrenos para el Ayuntamiento, que se
encargará de edificar un complejo de viviendas”… “¿Con calles, agua potable y
alcantarillado?”, “Sí, claro”. Confirmadas las noticias e informadas las
autoridades de los planes de La Granja, no existe problema alguno para que se
le extiendan todos los beneficios de la nueva urbanización. No habrá que pensar
en levantar ni la planta depuradora de aguas ni la de aguas residuales. ¡Ya lo
va a hacer el Ayuntamiento” El agua del pozo servirá para el riego. Otra gozosa
confirmación.
Cuarto milagro: primera fase de las obras. Como ha pasado
ya un año desde que se presentaron los proyectos y la licencia no llega, se
piensa que algún grupo de presión está influyendo en el asunto, lo que se
confirmará más tarde. Al habla directamente con el alcalde, se soluciona el
problema. Los planes son aprobados y se ofrece además la máxima colaboración
posible… Lo que son las cosas. Estamos en 1.970. La obras se inician. Los obreros
son en su mayoría creyentes de Linares y su rendimiento supera en un cincuenta
por ciento el normal. Los ladrillos se compran a precio especial. Los pequeños donativos siguen llegando y se
inicia la primera fase de las obras, que ha de cubrir albergue para veinticinco
personas pero cuyos servicios ya han de instalarse para las futuras
ampliaciones, que se prevén para doscientas personas.
Quinto milagro: … (continuará)
Redactor: Apolos Garza
Foto: Instalaciones actuales del Hogar de Ancianos "La Granja".
Nota: En el siguiente enlace puede verse el programa especial
dedicado al Hogar de Ancianos La Granja emitido en "Buenas
Noticias tv".
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