"Los amigos
son un regalo del alma: el día menos pensado hasta se le ocurre hacerte un
obsequio. Pero uno de veras, excepcional, inesperado. Como el que acaban de
entregarme ahora. ¿En qué consiste? Pues son siete libros, encuadernados en
tela verdemar, siena, azul marino y sangre de toro, en los que el tiempo ha
dejado sus huellas.
Con la emoción de
quien está a punto de hacer un notable descubrimiento, voy hojeando las 1.366
páginas -entre blancas y amarillas- de los siete ejemplares que me dejó don
Gabino. Se titulan: "Gleanings from
Spain" (algo así como "Apuntes y Noticias desde España") y
se refieren a unos años decisivos de nuestra Historia: 1.898-1.905. Desgraciadamente, me falta el resto de la colección...
¿De qué trata? A
medida que uno va leyendo estos informes mensuales, redactados en Zaragoza y
luego en Madrid van surgiendo del casi absoluto olvido personas y
circunstancias reales de nuestro pasado evangélico. Como dijo Quevedo: "Las grandes almas que la muerte ausenta, de injuria de los años
vengadora, libra -cortés lector- docta la imprenta."
Así, a lo largo de
esos siete tomos, uno se va enterando de los que fue la "Primitiva Iglesia
Cristiana" en sus comienzos: un amplio y abnegado esfuerzo de misión
apostólica en la España del '98 y en las primeras décadas del actual siglo.
SANGRE, POBREZA Y CORRUPCIÓN.
El final del s. XIX
coincide con la liquidación de nuestro imperio colonial. Terminada su expansión
hacia el Lejano Oeste, los U.S.A. buscan nuevos mercados y aplican la conocida
doctrina de Monroe: "América para los (Norte) americanos". En 1.898
estalla el "Maine" la guerra Hispano-Americana, y perdemos Filipinas,
Puerto Rico y Cuba... Nuestros soldados regresan, heridos en cuerpo y alma,
pero 140.000 de ellos no volverán nunca más... Dentro de la Península la
situación raya también con lo catastrófico: paro, miseria y especulación se dan
la mano; cunde el desaliento y el anarquismo; en agosto de 1.897, Cánovas del
Castillo cae asesinado... En lo político hay confusión y caciquismo; los
crecientes impuestos de guerra provocan tumultos, a veces ahogados, con
sangre... la peste estalla en Oporto, alcanzando Galicia, Extremadura y parte
de Andalucía... Vigila el clero para mantener su dominio sobre la vida pública
y privada de los españoles -desde la cuna hasta el féretro- sancionando
injusticias sociales y el desorden establecido... España es un paraíso para los
ricos y un infierno para los pobres... Mientras tanto, el juego, la
prostitución, el alcohol, los toros y las ceremonias religiosas distraen a las
masas casi analfabetas...
Perdidos en es
maremagnum de personas y cosas, unos miles de "herejes" se empeñan en
hacer leer un Libro (desconocido y prohibido) a sus compatriotas y se atreven a
cuestionar la Religión del Estado (muchas veces superficial) pero incrustada en
el folklore celtibérico...
Es en esa sociedad
tan peculiar donde irrumpirá una millonaria evangélica inglesa (doña Julia F. Stone, señora de Jones)
al frente de un batallón de misioneros y evangelistas. A los pocos años, serán
28 esforzados británicos de ambos sexos, secundados por 17 españoles y
españolas, tan abnegados como aquéllos. Frente a la mofa, el despiadado
insulto, las piedras o la cárcel inclusive y ante la culpable indiferencia de
las masas -"religiosas" pero
"muertas en sus delitos y pecados"- anunciaron, sin cansarse,
el beneficio de Cristo crucificado: perdón, paz y vida eterna.
¡PASAD A ESPAÑA Y AYUDADNOS!
(Continuará)
(Redactado por
Pablo Enrique Le More y publicado en la revista "Edificación
Cristiana", marzo-abril de 1.981)
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