martes, 26 de junio de 2012

Toro, 1.972. (II parte y final)


“En cuanto  a la labor en Toro, visitamos toda la ciudad tres veces. Primero con literatura, después para hacer contactos y una tercera vez anunciando los cultos en la carpa. Por espacio de varias semanas celebramos cultos cada noche en tres barrios distintos, primero para los niños con un mensaje y después para los mayores. Siempre hubo buena asistencia y muy buena acogida. También algunas noches proyectábamos películas al aire libre. Los domingos y días festivos cantamos por las plazas más importantes, predicando el Evangelio y repartiendo folletos. Veinte días tuvimos culto en la carpa, tanto para niños coma para mayores, y como resultado, varias personas dieron testimonio público.
En cuanto a las autoridades civiles, excepto algún caso especial, no tuvimos problemas con ellos. Pero no fue igual con los eclesiásticos, que levantaron bastante oposición a nuestra labor en muchos pueblos, y especialmente en Toro. Visitaron casa por casa los barrios donde nosotros estábamos trabajando más intensamente, con amenazas de todo tipo. Decían que los niños serían echados fuera de sus colegios si continuaban asistiendo a nuestros cultos y amenazaban con suspender la ayuda que muchos reciben de Cáritas. El impacto que hicimos les obligó a quitarse la máscara, y al final de la Campaña sacaron a la Virgen en un acto público de desagravio para deshacer nuestra “perniciosa” labor y limpiar el ambiente tan “envenenado” por nosotros durante la campaña. Pero, pese a todo, y con la ayuda de Dios, cumplimos todo lo que nos habíamos propuesto y más aún. Porque al final de la campaña pudimos conseguir un local grande que pronto será transformado en una hermosa capilla con amplias dependencias encima.
En lo que respecta a las finanzas, todos vivimos de una bolsa común, y la experiencia fue hermosa. Varias veces dejamos casi vacía la bolsa, pero en cada ocasión el Señor suplió todas nuestras necesidades más de lo que nunca hubiéramos podido imaginar. ÉL ES SIEMPRE FIEL.
ORAD SIN CESAR. Un pequeño grupo de jóvenes trabajará todo el año con el Coche Bíblico y necesitarán vuestras oraciones. Ya estamos orando por la campaña 1.973. Haced vosotros igual. Esperamos la asistencia de un número mucho más elevado de colaboradores que este año, y esto nos obligará a proveer un edificio más grande donde poder albergarles y donde tener una buena sala para comedor y conferencias. Y esto lo hacemos bajo la convicción de que Dios está con nosotros en esta obra y de que va a ser de gran bendición para las iglesias del Señor por medio de la formación de jóvenes (y mayores también) durante estos meses de estudio, convivencia cristiana y duro trabajo en la obra de Dios. Todo esto, aparte de la gran necesidad de sembrar los áridos campos de Castilla con la Palabra de Dios y traer almas, jóvenes y mayores, a la luz. Por eso aceptamos el desafío y os invitamos a compartirlo con nosotros diariamente ante el Trono de la gracia.”

(Publicado en la Revista "Edificación Cristiana", noviembre de 1.972)

Foto: Panorámica de Toro (Zamora)

lunes, 18 de junio de 2012

Toro, 1.972. (I parte)


"Todo empezó hace unos tres años aproximadamente, cuando algunas personas de la iglesia de Valladolid sintieron el deseo de dedicar sus días libres a la distribución de literatura bíblica por los pueblos de Castilla. Todo el trabajo que esto implicaba podemos decir que era de pura artesanía, hasta la furgoneta de un hermano que fue acondicionada como el “coche oficial” del Centro de Difusión Bíblica. Cuanto más trabajábamos, más íbamos descubriendo la necesidad de esta labor, a la vez que las tremendas posibilidades despertaron en nosotros una nueva visión y un ejercicio de oración. Por fin, este año el Señor nos dio, casi simultáneamente, un coche bíblico y una carpa. Estos donativos ratificaron nuestra confianza de que estábamos en la voluntad del Señor y que era necesario enfrentar, con decisión y fe, el desafío de los pueblos de Castilla.
En nuestros corazones surgió el deseo de realizar una campaña de verano este año, contando con la colaboración de las iglesias locales de la región (Castilla y León). No sabíamos dónde ni cómo, pero no mucho después se abrió una puerta en la finca de don Florentino Dueñas, de Toro, quien puso a nuestra disposición dos casas. Soñando y orando, con la colaboración de unos treinta jóvenes, comenzamos en el mes de abril los trabajos de acondicionamiento del lugar. ¡Recuerden que calculábamos treinta personas!
El tiempo pasó volando colocando ladrillos, instalando agua y servicios, pintando paredes y haciendo mermelada. Y pronto nos vimos envueltos, sin ninguna experiencia previa, en la empresa más maravillosa que nos pudimos imaginar.
Llegó, por fin, el primero de julio de 1.972, y aparecieron aproximadamente treinta personas en el campamento, de todas partes de España. Comenzamos unas clases de preparación con un hermano muy experimentado en esta labor, don Vicente Galán, quien pensaba quedar sólo por una semana, pero al ver la magnitud de la tarea se quedó dos; después se quedó tres y, por fin, toda la campaña. Dios le mostró la necesidad de quedarse para seguir preparando a todos los jóvenes que pasarían por el campamento y para colaborar con la obra por los pueblos y la predicación del Evangelio. Al finalizar el mes de julio, unos ochenta jóvenes (algunos hasta de sesenta y más años de edad) habían trabajado con nosotros, incluyendo algunos del extranjero.
Llegó el fin de julio y nos dimos cuenta, después de un mes de experiencia, de lo mucho que teníamos que aprender en cuanto al servicio. Pero también fue un mes en el que experimentamos día tras día la grandeza de Dios. Agosto trajo una verdadera avalancha. Ni por un momento habíamos pensado que nos llegaríamos a reunir hasta cien personas a la vez, y que al llegar al final de la campaña unas ciento cincuenta personas habrían de participar con nosotros en esta labor. Gracias a Dios por las tiendas de campaña, que hicieron un servicio inestimable, y el mismo bibliobús, que también sirvió de dormitorio en bastantes ocasiones, además de la magnífica labor que desempeñó día tras día en los pueblos y en los barrios de Toro.
Damos continuamente las gracias a Dios por la vida de cada una de estas personas que vinieron a trabajar con nosotros. Diferentes edades: desde catorce hasta sesenta años; diferentes regiones: Cataluña, Andalucía, Galicia, León, Castilla, Aragón y Asturias; diferentes iglesias: algunas recién nacidas y otras con años de experiencia. ¡GLORIA A DIOS! UN SOLO CUERPO, unidos en amor, trabajando para un mismo Señor.
Por el testimonio de algunos jóvenes sabemos de su condición cuando vinieron a la campaña, su fe quebrantada por las filosofías del mundo, y cómo su estancia entre nosotros les revolucionó para bien. Ahora sus vidas tienen sentido y desean servir a Dios en el lugar donde Él les ha colocado.
Sobre la labor evangelística, estamos muy agradecidos al Señor porque se ha podido dar un testimonio claro y contundente por medio de la literatura, el testimonio personal casa por casa y la predicación al aire libre en unos cincuenta pueblos, muchos de los cuales volvimos a visitar varias veces. Cada día en las plazas tuvimos reuniones con veinte, treinta, cincuenta y hasta ochenta niños; y en muchas ocasiones se anunció el Evangelio a los mayores también. Casi mil niños solicitaron un sencillo curso sobre el Evangelio según San Lucas, y tenemos varios contactos muy interesantes, tanto entre los niños como entre personas mayores. Orad por el alcalde y el cartero de Peleagonzalo. Creemos que están muy cerca del Señor..."

(Continuará)
(Publicado en la Revista "Edificación Cristiana", noviembre de 1.972)
Foto: Bibliobús usado en la Campaña de Toro

martes, 12 de junio de 2012

Encomendación de D. Juan Solé (1.972)


"El día 21 de octubre último y en la iglesia de Duque-Sesto, Vallecas, Avda. de San Diego, tuvo lugar el culto de encomendación de nuestro amado hermano D. Juan Solé Herrera.
La noticia, dicha así a secas, sólo tendría un valor objetivo de mera información, con sentido muy limitado de lo que va implícito detrás del acto.
Nuestro amado hermano Sr. Solé, bien conocido en nuestros círculos por su múltiple actuación a lo largo de más de un cuarto de siglo en las filas del Evangelio, se ha integrado a un servicio pleno, total, dejando a un lado todo aquello que había constituido hasta este momento una labor cotidiana, su afán en la vida secular con una amplia responsabilidad por el puesto escalado, y de esta forma libre dará todo su tiempo para un servicio más consagrado, más profundo, más amplio y fecundo al mismo tiempo.
Nos encontramos en un terreno sumamente difícil cuando tenemos que valorar las decisiones de otros, cuando hemos de emitir una impresión o un juicio en un terreno tan delicado como el del sentir personal, y en esta ocasión nos apoyamos en las propias palabras del señor Solé cuando nos refería, durante el culto de encomendación, cómo había llegado al pleno convencimiento de la llamada del Señor hasta tomar esa decisión final. Fue realmente decisiva la visión de servicio que tuvo en los últimos tiempos, la consideración de valores, la aceptación sin más resistencia o limitación a la voluntad del Señor, que momento tras momento venía teniendo presente en sus acciones dentro y fuera del campo del Servicio. No fue un arranque desesperado o una decisión tomada a la tremenda, más bien todo lo contrario, un inclinar su voluntad y su cabeza y decirle al Señor, ¡como tú quieres, Señor!...
El culto llevado a cabo por los hermanos de su Asamblea contó con una nutridísima asistencia de los hermanos de otras Asambleas de Madrid y en cada participación se dejó sentir el gozo que tal ocasión representaba para el pueblo presente en aquella ocasión y también para el ausente.
El Consejo de Ancianos de Duque-Sesto-Vallecas, impuso sus manos sobre el sr. Solé como una declaración de plena identificación en la salida a la obra de este nuevo siervo de Dios.
Toda salida de nuevos obreros lleva implícita la responsabilidad de las Asambleas, ya que en nuestra mayordomía hemos de hacer provisión con nuestra comunión en el sentido más amplio de la palabra, comunión en una total identificación tanto en lo espiritual como en lo material.
Desde estas páginas deseamos a nuestro amado hermano y colaborador un rico servicio y ministerio, conforme a los dones recibidos del Señor."



Escrito por Leandro Roldán.
Publicado en la revista Edificación Cristiana, noviembre de 1.972

martes, 5 de junio de 2012

España es “evangelizable”. (Editorial de 1.972)



“En el pasado CONGRESO EUROPEO DE EVANGELISMO, que tuvo lugar en Amsterdam (Holanda), y del cual estamos a punto de cumplir un año, se trataron muchos temas sobre evangelismo, y como una frase a tener en cuenta se acuñó la de ESTRATEGIA PARA LOS AÑOS SETENTA, que ha empezado ya a circular en revistas, periódicos y libros por diversos países del Viejo Continente, y que tiene por finalidad recordarnos nuestro compromiso de trabajo en la extensión del Evangelio, que sigue siendo todavía exigencia y postulado para la Iglesia Cristiana.

Mirando a nuestro alrededor en España, y no obstante no haber establecido un plan coordinado a nivel de todas las Iglesias Evangélicas para la evangelización en esta década de los 70, nos alegra constatar que se viene evangelizando en nuestro país por muy diversos métodos, tales como visitas personales, distribución de literatura, mensajes radiales, publicaciones de libros, revistas, folletos, campañas, amén de los mensajes del Evangelio que se dan en cada Iglesia durante los días de culto o servicio.
Somos fieles a este lema, sentimos tal necesidad, y por ello evangelizamos, pues estamos convencidos de que España es evangelizable, como país que precisa con gran urgencia el mensaje del Evangelio para poder cambiar sus hombres, sus estructuras y el curso de la historia.
Cuando analizamos por un lado el contenido del Evangelio, su mensaje, sus demandas, su poder de transformación y regeneración, y por otro el estado de anemia espiritual de nuestro país, nos damos cuenta de que es preciso evangelizar, pues se percibe con meridiana claridad que no basta citar el Evangelio como base de una liturgia ritualista, que se le mezcle con frases y conceptos éticos a la hora de promulgar cierta legislación o se tomen retazos del mismo para basar o enfatizar algunos aspectos de una cierta justicia social. ¡No!, eso no es evangelio, es deformación del evangelio, ya que se limita su sentido y se le lleva a un terreno donde su valor se aplica a unos “ciertos intereses”…
España es EVANGELIZABLE por cuanto el Evangelio no es conocido en su verdadera función, es decir, el mensaje de Dios para todo hombre que le declara su pecado y le ofrece el camino de salvación y redención establecido por Dios, sea quien sea este hombre, esté donde esté, milite en el bando que quiera… Ese hombre, a título personal, debe escuchar este Evangelio y dar cuenta a Dios de sus actos, de su condición de pecado y si el Evangelio hace mella en su corazón, deberá dar media vuelta y se “una nueva criatura llena de vida y poder del Espíritu Santo”, como dijera el Señor Jesús a Nicodemo en S. Juan, cap.3.
España es EVANGELIZABLE por cuanto queda mucho pueblo asido a una religión, no al Evangelio, no a Cristo, que le cubre perfectamente en su vida social y privada y le sirve para codearse con Dios, ese Dios al cual “mueven” a su antojo, con esa forma tan peculiar que tenemos los españoles…
España es EVANGELIZABLE, ya que Dios la tiene en su corazón y busca la salvación de cada hombre, de cada mujer, mediante el mensaje del Evangelio y somos llamados a llevar con profusión ese mensaje que pide de forma personal el corazón para cambiarlo, para quitarle su pecado, para hacerle sensible a la voluntad y presencia de Dios.
España es EVANGELIZABLE, ya que no se imparte nueva vida en Cristo por decreto o por Ley, por tradición o por vinculación con “la vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres” –usando las propias palabras de S. Pedro en su primera carta-, mas siendo rescatados con la Sangre preciosa del Hijo de Dios.
España es EVANGELIZABLE, por eso no olvidamos la implicación del Congreso de Amsterdam y como ESTRATEGIA PAR LOS AÑOS SETENTA, de momento, seguimos evangelizando.”


Editorial de la Revista “Edificación Cristiana”, Julio de 1.972