martes, 27 de noviembre de 2012

Opinión de un visitante. (Por Juan Driver, año 1.976, III Parte y última)

Terminamos con este artículo la exposición del misionero Juan Driver sobre cómo veía las Asambleas en España en el año 1.976:
7)          En las Asambleas de Hermanos el lugar del “partimiento del pan” es fundamental. La comunión sirve continuamente a mantener fresca en la memoria el amor inefable de Dios; el sacrificio único de Jesucristo a favor de los hombres. Frente a una situación en que se tiende a concebir a Jesús meramente en términos de “hombre admirable” o “modelo ético”, como ha sido el caso en algunos círculos liberales, este testimonio es naturalmente esencial.
Sin embargo, uno nota generalmente en las oraciones, los himnos y otras expresiones de testimonio personal en la reunión del partimiento del pan un énfasis casi exclusivo sobre los aspectos individuales de la experiencia de la salvación. Predominan acciones de gracias por la absolución de los pecados, por el perdón por medio del sacrificio vicario de Jesucristo y, a veces, por la santificación personal que resulta. Pero la orientación suele ser no tan solamente personal, sino individualista, como si la Iglesia se compusiera meramente de una agrupación de individuos salvados cada uno independientemente de los demás por la gracia de Dios. Uno espera en vano que alguien entre los hermanos se refiera a esa rica gama de imágenes bíblicas que describe la nueva vida corporativa en Cristo, tales como: “pueblo de Dios”, “cuerpo de Cristo”, “miembros unos de otros”, “familia de Dios”, “la Vid y los pámpanos”, “la comunión de los santos”, etc. Posiblemente hay una razón porque estas figuras no predominan en nuestras oraciones, testimonios y los himnos que son escogidos con mayor frecuencia. Los símbolos que se emplean generalmente reflejan la realidad de la experiencia espiritual de una Iglesia. Y en nuestros tiempos ésta ha sido predominantemente individualista debido más a accidentes históricos e influencias seculares que a nuestra fidelidad a la Palabra de Dios.
 
8)          Aunque en sus comienzos el Movimiento de los Hermanos no recibió su inspiración fundamental de la obra reformista de Lutero, siempre ha habido una clara visión de ese principio de la Reforma, “salvación por la gracia, por la fe”, en las Asambleas. Incluso, uno suele oír en las oraciones públicas de hermanos acciones de gracias por el hecho que la salvación no tiene nada que ver con las obras. Probablemente este énfasis sea necesario en un ambiente católicorromano en el cual ha predominado un concepto no bíblico del valor de las buenas obras en la vida del cristiano.
 
Sin embargo, se debe recordar que sobre la cuestión de fe y obras Martín Lutero no ha dicho la última palabra. Evidencia de su problema está en el hecho que no sabía qué hacer con la Epístola de Santiago, el hermano de Jesús. En su protesta contra la deformación del papel de las obras de justicia en la vida cristiana, no siempre se nota con suficiente claridad en las Asambleas esa visión de la Iglesia como el nuevo pueblo de la alianza de la gracia de Dios, en el cual, librados de la esclavitud del pecado, nos sometemos por la gracia a la nueva Ley de Cristo. El cristiano asume este compromiso libre y gozosamente porque en la gracia de Dios su “yugo es fácil y ligera su carga”. De modo que en este contexto de gracia la contradicción entre fe y obras en el concepto luterano es superada. El discipulado libremente asumido dentro de la comunidad de los discípulos de Jesucristo es la forma concreta y visible que toma la salvación de Dios en este mundo.
 
CONCLUSIÓN
En la medida en que España siga su evolución socio-económica las tentaciones a acomodarse a las formas de fe y vida personalmente más fáciles y socialmente más aceptables serán cada vez mayores. Y en la medida en que continúen las nuevas corrientes de apertura política, las presiones a participar en la vida pública (incluso en formas que contradicen el espíritu del Evangelio) se presentarán con mayor agudeza.
Pero Dios nos provee con recursos espirituales y humanos a fin de discernir Su voluntad y serle fieles en estos tiempos de cambios. Para este fin se nos promete la presencia del Espíritu Santo. También han sido bendecidas las Asambleas de Hermanos en España con todos los dones y ministerios que necesitan para ser en verdad su pueblo fiel. Dios le ha dado hombres con verdadero corazón de pastor; maestros que son amantes de la verdad de Dios y cuyas vidas, al igual que doctrinas, reflejan auténticamente al Jesús del Nuevo Testamento; profetas con visión clara de la obra de Dios en su pueblo en el pasado, al igual que en el momento actual, cuyas palabras a veces son cortantes, pero  según la Revelación Divina, son Palabra de Dios para la Iglesia en nuestros tiempos.
Los Hermanos participan de una preciosa herencia espiritual. En su tradición histórica cuentan con recursos para su vida congregacional en forma única. Pero esta herencia seguirá siendo preciosa en la medida en que están dispuestos a retornar continuamente a sus raíces en la persona de Jesucristo en el Nuevo Testamento con verdadero espíritu de arrepentimiento que se manifiesta en una disposición a conformar su vida radicalmente a la Suya en un discipulado obediente.”

 
Publicado en la Revista “Edificación Cristiana”, núm 2, Año 1.976)

 

lunes, 19 de noviembre de 2012

Opinión de un visitante. (Por Juan Driver, año 1.976, II parte)


Continuamos con la exposición del misionero Juan Driver sobre cómo veía las Asambleas en España en el año 1.976:
3)          El concepto de Iglesia que predomina entre las Asambleas de Hermanos es fundamentalmente comunitario. Se concibe a la asamblea semanal como una reunión de los hermanos en la familia del Padre en torno al Señor Jesucristo. La Iglesia es esencialmente una comunidad que comparte su vida en Cristo. Se reúnen para ministrar unos a otros en el Espíritu de Cristo. En la asamblea abierta se unen en adoración corporativa y se espera oír “Palabra de Dios” por medio de la participación de los hermanos.
Sin embargo, el arreglo arquitectónico de algunos de los locales, y las costumbres “litúrgicas” en algunas congregaciones tienden a minimizar los aspectos comunitarios de la reunión. El arreglo de los asientos en el local muchas veces está orientado hacia la mesa de comunión y el púlpito (y a veces un órgano) que ocupan un lugar prominente en uno de los extremos del local. En lugar de enfatizar la comunidad de Cristo en que el pan está compartido, todo ojo está dirigido hacia el lugar donde el que oficia parte el pan y donde el expositor proclama la Palabra. La tentación a moverse hacia un sacramentalismo de facto semejante al que predomina en las iglesias oficiales, tanto Protestantes como Católicas, representa un peligro que debe ser tenido en cuenta.
 
4)          Históricamente, el Movimiento de los Hermanos surgió como protesta contra un cristianismo tibio y dogmático. Criticaban fuertemente a las Iglesias oficiales donde se consideraban buenos cristianos aquellos que confesaban las doctrinas necesarias de la Iglesia, pero que no se dedicaban con igual devoción a practicar las exigencias éticas de Jesús y los apóstoles.
Sin embargo, se observan varias tendencias entre los Hermanos que han servido para apagar algo de esa seriedad ética. (Generalmente se ha mantenido un alto nivel de seriedad ética en aquello que concierne a la vida personal, pero la seriedad en la aplicación de las enseñanzas de Jesús a las dimensiones sociales de la vida no siempre ha sido tan clara). En primer lugar, la larga lucha contra las manifestaciones del liberalismo doctrinal ha tendido a llevarles a evaluar la vida cristiana auténtica principalmente en términos de doctrina sana y luego (y no siempre se llega a ello con igual énfasis) en términos de la práctica de una vida cristiana. Y en segundo lugar, se nota entre las Asambleas de Hermanos una fuerte tendencia a dar interpretaciones “espirituales” aun a las enseñanzas bíblicas que son claramente éticas y prácticas. Aunque hay una clara preocupación por la doctrina sana (y esto está muy bien), no siempre se nota con igual claridad una preocupación por la seriedad en el discipulado cristiano práctico en todas sus dimensiones (y esto no está bien).
 
5)          El Movimiento de los Hermanos ha sido tradicionalmente, también, una protesta contra una fe de tipo intelectualista y experiencia cristiana nominal. Ha habido a lo largo de su historia un fuerte énfasis sobre la autenticidad de la fe y la importancia de la experiencia profunda y personal. El culto libre, tan fundamental entre los Hermanos, está destinado a dar expresión a esa auténtica experiencia en Cristo. Se crea el ambiente en que el Espíritu le da a uno un salmo, a otro doctrina, a otro una palabra profética, y a otro su aporte particular, pero todos contribuyen a la edificación de la congregación.
Sin embargo, no se le escapa al participante que presta un poco de atención en estas reuniones abiertas que muchas de las intervenciones de los hermanos tienden a producirse en forma un tanto estereotipadas. En lugar de reflejar nuevas experiencias en la gracia de Dios, las oraciones de muchos hermanos se vuelven rutinarias. Incluso, repiten domingo tras domingo las mismas palabras y las mismas fórmulas religiosas. De vez en cuando la oración de algún recién convertido que todavía no ha aprendido el “latín evangélico” que generalmente se emplea para estos propósitos, o de algún hermano que sí ha ido experimentando nuevas dimensiones de la gracia de Dios, cae sobre nuestros oídos como una brisa de aire puro y refrescante. ¡A uno le dan ganas de abrir los ojos y mirar a ver quién es este hermano que ha roto la rutina cúltica a que están acostumbrados! (No es que haya menos vida espiritual auténtica entre los Hermanos que entre otros evangélicos. Probablemente hay más. Pero sus formas neotestamentarias de asamblea ponen de manifiesto en seguida cuándo aparece alguna falta de auténtica experiencia espiritual en el culto. Mientras tanto la falta de autenticidad de experiencia espiritual en la congregación puede muy bien pasar desapercibida en los clásicos cultos protestantes al igual que en los católicos, debido a sus formas litúrgicas.)
 
6)          El Movimiento de los Hermanos surgió el siglo pasado en una enérgica protesta contra el estado dividido de la Iglesia Cristiana. La ausencia de auténtica unidad era uno de los problemas fundamentales de la Iglesia de esa época y desgraciadamente sigue siéndolo en nuestros días. De modo que esta protesta contra el estado dividido del Cuerpo de Cristo sigue siendo tan urgente como lo fue entonces.
Sin embargo, no es siempre tan evidente en las Asambleas de Hermanos este interés fundamental en la unidad de la Iglesia de Jesucristo. Por cierto, se critica (y con razón, a nuestro juicio) los conceptos de unidad oficialistas que comenzarían sus esfuerzos con la unión de estructuras eclesiásticas. Pero no es tan evidente la disposición de los Hermanos a mantener conversación seria y fraternal con aquellos que difieran en algún aspecto de doctrina y/o discipulado. Incluso, es más fácil dejar que viejas diferencias se consoliden y se institucionalicen que insistir en reiniciar el diálogo fraternal sobre cuestiones discutidas de fe y vida en la Iglesia. La apostasía no se hereda (como tampoco es hereditaria la fe) de modo que la Iglesia fiel siempre debe estar dispuesta reiniciar conversaciones dondequiera que se le preste atención con disposición a reconsiderar y arrepentirse.
7)   Continuará..

 

Publicado en la Revista “Edificación Cristiana”, núm 2, Año 1.976)

 Foto: Juan Driver

lunes, 12 de noviembre de 2012

Opinión de un visitante. (Por Juan Driver, año 1.976)


“Nota de la redacción (original): Don Juan Driver es un hermano americano, especialista en Historia de la Iglesia, que nos visitó durante diez meses y tuvo un ministerio muy bendecido entre nosotros, especialmente en Madrid y Barcelona, aunque también visitó otras ciudades. Por su conocimiento de Hispanoamérica y por su calidad de visitante, nos interesaba saber cómo nos veía él a los que en España pertenecemos al llamado “Movimiento de los Hermanos”. Siempre es conveniente conocer la opinión que otros tienen de nosotros, especialmente cuando esos otros son de la honestidad y capacidad de nuestro hermano. Por eso le pedimos que nos escribiera lo que sigue.
La vida congregacional vigorosa que se halla en las Asambleas de Hermanos es algo que no escapa al observador cuidadoso de la situación de la Iglesia Evangélica en España. Su eclesiología básicamente comunitaria y su concepto neotestamentario de los ministerios han sido elementos valiosos en el cumplimiento de su misión durante los tiempos generalmente adversos que han caracterizado la historia de la Iglesia Evangélica en España. Las observaciones que aparecen a continuación surgen de un verdadero aprecio por los Hermanos españoles con los cuales hemos gozado de comunión espiritual durante los últimos diez meses, y de sincera gratitud a Dios por su vida y testimonio evangélicos.
 
1)          En las Asambleas de Hermanos las Sagradas Escrituras son autoritativas. Esta insistencia en la autoridad bíblica les ha librado a los Hermanos muchas veces de la tentación a seguir las modas doctrinales que han hecho estragos en algunas otras denominaciones cristianas. El papel de la Palabra de Dios en la Iglesia es fundamental. Y esto se confiesa con cristalina claridad entre los Hermanos.
Sin embargo, la perspectiva desde la que se lee y se interpreta la Palabra no siempre ha respondido a la naturaleza de la Palabra misma. A veces ha habido más interés en la sana doctrina (ortodoxia) que en descubrir las formas que toman una auténtica obediencia a nuestro Señor (ortopraxia). La Palabra escrita ha de ser leída e interpretada a fin de ser obedecida en la Iglesia. (“El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios” Jn 7:17) En lugar de intentar leer el texto bíblico en primer lugar desde la perspectiva provista por el contexto mismo, a veces se detecta en las Asambleas la tentación a leer los textos a través de la óptica de algún sistema doctrinal, que, por bien intencionado y útil que haya sido en algunos aspectos, es después de todo, un sistema humano y no debe ser usado para predeterminar la interpretación del texto bíblico. La Palabra misma ha de proporcionarnos nuestras claves hermenéuticas. La intención del escritor y la forma en que los primeros lectores entendían el texto son fundamentales para la recta interpretación. A veces no se oye auténtica “Palabra de Dios” en las Escrituras porque se leen a través de la óptica de un sistema predilecto que permite “espiritualizar” pasajes que incomodan y “posponer” para un futuro los elementos de un discipulado que irían contra la corriente de algunas de las prácticas éticas actuales.
 
2)          Pocas denominaciones cristianas han logrado criticar en forma más radical y eficaz el sacramentalismo y el profesionalismo en los ministerios en la Iglesia. En la tradición de los Hermanos se destaca el sacerdocio de todos los creyentes y un ministerio carismático bien entendido (es decir, ministerios derivados de los dones dados por Dios a su Iglesia para su plenitud como Cuerpo de Cristo (Efe. 4 y Williams, Iglesias vivientes, pág 47) en una forma que bien podría servir de modelo para congregaciones de otras denominaciones.
Sin embargo, uno no puede menos que notar tendencias en algunas asambleas a prescribir los dones y ministerios que Dios da a la Iglesia. Por razones doctrinales o prácticas a veces se limitan los dones que Dios da a la Iglesia en la actualidad a ciertos ministerios que en la experiencia han sido hallados especialmente “útiles”. Desde luego, apertura en la Iglesia a todos los dones y ministerios que Dios quiere otorgar a su pueblo significa también el ejercicio de la necesaria supervisión y los controles de la asamblea sobre todos los dones y ministerios en la congregación. Debe resistirse la tentación a ponerle límites a la actividad del Espíritu de Dios que dones “como Él quiere” para la auténtica edificación del Cuerpo de Cristo. (Ver 1ª Cor 12-14; Rom 12; Efes 4)
 
3)   …" Continuará.

 

Publicado en la Revista “Edificación Cristiana”, núm 2, Año 1.976)

 

lunes, 5 de noviembre de 2012

Obra entre los ciegos: “Nueva Luz”. (Entrevista, año 1.976)


Nota de la redacción: “… Un hermano nuestro ha quedado ciego. Se llama Antonio Padilla. Después de un tiempo de mucho sufrimiento, ha encontrado el camino que el Señor tenía preparado para él: ser de bendición para otros ciegos llevándoles la buena nueva del Reino de Dios. Nuestro compañero Pedro Inglés Beas ha ido a hacerle una entrevista para que conozcamos la obra “Nueva Luz”, que es como él ha empezado a llamar a su trabajo…
 
Estamos en casa de Antonio Padilla. Un máquina de escribir eléctrica y otra manual para Braille es lo primero que destaca al mirar a la larga mesa donde trabajan él y su esposa rodeados de papeles, libros en Braille, cartas, archivos, etc. Hay que cogerle la mano para saludarle, pues él no ve la que se extiende. Le leo las preguntas que traigo escritas en un papel. Le parecen bien y está dispuesto a contestarlas. Me siento ante la misma máquina que usan ellos para su labor y empezamos.
-          ¿En qué consiste fundamentalmente esta obra entre los ciegos?
-          En llevarles el Evangelio por los diversos medios con que nos podemos comunicar con ellos.
-          ¿Cuáles son las dificultades principales en esta obra?
-          Hay varias y muy importantes: 1º. En España no se produce ningún material evangélico en Braille; 2º. La Sociedad Bíblica nos lo proporciona, pero es muy costoso. Aun en las condiciones favorables en que nos lo facilita, nos factura un evangelio al precio de 200 pesetas. Una simple multiplicación nos mostrará lo que costaría una Biblia completa; 3º. La correspondencia con ellos hay que escribirla en Braille, lo cual requiere una especialización tanto al leerla como al contestarla, ya que se utilizan tres sistemas de escritura en Braille: el denominado integral, el abreviado y el estenografiado. Como se puede suponer, se ha de usar máquinas especiales para esta clase de escritura.
Seguimos con las dificultades: 4º. La carencia de una imprenta en Braille, aunque sea manual, para poder editar nosotros mismos folletos explicativos, calendarios, notas diarias de la Unión Bíblica, etc. 5º. Debido a que la comunicación con el ciego es difícil, por la naturaleza misma de su dificultad, influye en sus características psíquicas, produciendo un alto grado de inseguridad, aislamiento, frustración, soledad, marginación, etc., todo lo cual se traduce en una desconfianza hacia el mundo que le rodea. El trato especial de que es objeto de parte de los demás, produce en él unos condicionamientos psíquicos muy especiales y difíciles de explicar con precisión en un entrevista periodística; 6º. Como el oído en la mayoría de los ciegos está bien desarrollado, es un conducto muy útil para llegar a ellos, pero ya se puede suponer el elevado costo en tiempo y en dinero de estos medios de grabación, reproducción y distribución de “cassettes” y cintas magnetofónicas.
 
-          ¿Cómo se lleva a cabo, en la práctica esta obra?
-          Primero me anuncié en las revistas especializadas de Braille, luego obtuve unas quinientas direcciones de ciegos esparcidos por toda España. A estas quinientas direcciones envié una concisa circular como una primera toma de contacto. Recibí unas 250 respuestas, con las cuales sostenemos contacto por correspondencia, teléfono y en persona. Después de estos contactos, si la persona está interesada, la ponemos en contacto con alguna iglesia que pueda ayudarle, aunque nosotros seguimos la relación con el ciego, especialmente para proveerle de literatura que no podría proporcionarle la iglesia local.
No sólo nos preocupa la evangelización inicial del ciego, sino que apuntamos a atender las necesidades formativas de los ya convertidos. A tal fin, se está intentando –con la posible y benévola colaboración de la imprenta de la Organización Nacional de Ciegos- imprimir algunos libros de los escritos por nuestro hermano señor Trenchard. Igualmente tenemos, al menos dos veces por semana, clases bíblicas en casa de algunos ciegos muy interesados. Es muy destacable también la labor que podemos hacer por medio de cartas, resolviendo problemas espirituales, orientando moralmente, animando a unos y otros, etcétera.
Aun a los ciegos interesados de otras ciudades, me intereso personalmente por visitarles yo mismo, iniciando así el contacto personal como lógica continuación de los previos contactos por correspondencia, presentándoles seguidamente a otros hermanos de la localidad para que continúen.
-          ¿De qué medios auxiliares dispone?
-          En primer término, me referiré a la ayuda personal. Cuento con la inestimable colaboración de mi misma esposa, que ha aprendido perfectamente Braille, así como la colaboración ocasional de algunos hermanos. Asimismo, colabora eficazmente una joven pareja (ciegos los dos), simpatizantes con el Evangelio, quienes nos ayudan mucho en la traducción y escritura de la correspondencia en Braille.
En cuanto a los medios materiales, la máquina de escribir normal, la de escribir en Braille y magnetófono para grabar “cassettes”. Igualmente, disponemos de evangelios de San Lucas en Braille que me han sido enviados gratuitamente por una misión norteamericana a través de Evangelismo en Acción. También adquirimos de S.G.M. porciones bíblicas, así como evangelios y otros libros de la Biblia de la Sociedad Bíblica. En cuanto a “cassettes”, hasta el momento hemos grabado el Evangelio de Lucas y las cintas me han sido regaladas por Evangelismo en Acción.
 
-          ¿Qué grado de respuesta se va obteniendo?
-          La reacción, en general, es positiva, aunque contando con la reserva mental general del público español, acentuada en el ciego por las especiales circunstancias en que se desenvuelven. Tenemos cartas realmente conmovedoras, lo cual nos anima a seguir adelante, a pesar del mucho tiempo que requiere este tipo de obra.
 
-          ¿Cómo se va sosteniendo económicamente usted y cómo le llegan los medios auxiliares para esta obra tan especializada?
-          Como la causa de mi ceguera tiene su raíz en un accidente, disfruto de una pensión de gran invalidez y, además, la empresa en la cual trabajaba me sigue ayudando. Así que, hasta el presente, la situación económica familiar está resuelta.
En cuanto a los medios para la obra en sí, hasta el presente, llega una ayuda regular de Evangelismo en Acción, que, aunque no cubre todas las necesidades, ayuda a cubrir una parte. También recibo ofrendas de algunas iglesias y hermanos. Asimismo, unos hermanos de las asambleas en Suiza han ayudado para la adquisición de material.
 
-          ¿Qué planes tiene para un futuro inmediato?
-          En cuanto a ayuda humana, sería necesario la de una secretaria, pues mi esposa no llega a todo. También sería de desear un hermano que el Señor llamara para dedicarse a pleno tiempo a esta tarea en colaboración con nosotros. En cuanto a publicaciones, estamos en trámite para ver si nos imprimen algunos libros del señor Trenchard y otros, y quisiéramos llegar a adquirir tres Biblias completas en Braille para formar una biblioteca circulante. En cuanto a otros medios auxiliares, necesitamos un multiplicador de “cassettes” con urgencia, un magnetófono especial, un pequeño estudio de grabación, una imprenta manual en Braille… todo esto necesitaría un pequeño local, pues en casa no nos caben estas cosas y ya casi no me cabe la literatura que tengo en Braille. En dicho localito podría instalar la imprenta manual, los grabadores, los tomos de la biblioteca circulante, los de los libros que se editen, la oficina y el servicio de distribución y empaquetado, etc. Todo esto formaría un conjunto ideal para esta primera fase de la obra. Hasta ahora, la obra lleva unos comienzos alentadores que el Señor va confirmando, pero no puede adquirir extensión sin algunos medios especiales, debido a las características propias de este trabajo. Las metas expresadas darían la posibilidad de un desenvolvimiento difícil de calcular en la voluntad del Señor. Esperamos que sea su propósito proporcionárnoslo.
También quisiera que se formara una comisión de hermanos identificados con esta obra, que me acompañaran con su simpatía, sus consejos y que dieran continuidad a la obra si yo faltase.
-          Para terminar, ¿qué diría a las iglesias y a los hermanos en general?
-          En primer lugar, que oren mucho por esta obra, que es como un recién nacido con un futuro prometedor. En segundo lugar, agradecer a las iglesias que se ha identificado pr carta con esta obra. También, que tengan en cuenta las metas que hemos mencionado antes para ver cómo pueden ayudar a alcanzarlas. Que también hagan el favor de enviarnos el número de ciegos creyentes o simpatizantes que conocen, y, si lo creen oportuno, sus señas, con el fin de que me sirva de guía a los efectos del número de ejemplares que he de editar de los libros en proyecto…
Terminamos la entrevista. La impresión ha sido de esperanza en lo que el Señor están haciendo por medio de una persona disminuida físicamente. Días después he visitado la ONCE con él, he visitado a un ciego que vive cerca de casa, he leído los artículos que mencionamos más arriba. Hay mucho por hacer, pero hay quien está dispuesto a hacerlo bajo la guía del Señor de la mies. No resolveremos nosotros el problema de los ciegos en España, pero sí que podemos llevarles el Evangelio, que es lo más importante, y el Señor resolverá los problemas de aquellos que se acojan a Su gracia. Hagamos nuestra parte. Como revista hemos empezado informando, que es nuestra misión.
(Publicado en la revista “Edificación Cristiana”, número 4, 1.976)
Nota: La obra “Nueva Luz” continúa funcionando en la actualidad y puede visitarse su página web en: http://www.nuevaluz.org/