martes, 9 de junio de 2015

"Visitas esperanzadoras" (III Parte)



 
"Alagón.

Una brillante y soleada mañana, nos dirigimos hacia este pueblo, que es bastante grande, y que habíamos visitado hace algunos meses. Entrando en el pueblo no sabíamos qué camino seguir, ya que la srta. Heighes no podía recordar la calle donde había estado antes. Justo en ese momento una joven se acercó y nos preguntó si estábamos perdidas, luego amablemente nos llevó hasta la casa donde habíamos tenido las reuniones antes. Le agradecimos al Señor por enviárnosla justo en el momento oportuno. Al llegar a la puerta nos dimos cuenta que estaba cerrada, y la mujer había salido, y no llegaría a casa hasta tarde. De nuevo el Señor nos protegió y nos guió a otra casa donde ellos estaban deseosos de tener una reunión...[nota del traductor: mancha blanca en la fotocopia, se deduce que las misioneras van a comer antes de celebrar la reunión] ... No muchos minutos más tarde un joven pasó por el camino con sus herramientas sobre sus hombros; acababa de terminar de trabajar e iba a casa para comer. Nos deseó un buen día, preguntándonos que de dónde éramos. Le respondimos que de Pedrola, y él nos miró asombrado, y dijo, "No, no de Pedrola porque su forma de hablar es tan extraña". Entonces le explicamos que vivíamos en Pedrola, pero que veníamos de Inglaterra. "¡Oh¡", dijo él, "nunca he oído de ese país. ¿Está lejos?" Le preguntamos si él había oído sobre Jesús y el Cielo, él nos contestó que cuando iba a la escuela había oído sobre los santos, la Virgen y cosas como esas. "¿Conoces el camino al Cielo?",  "Bien", dijo él, "no puedo decirles porque nunca he muerto y vuelto a la vida". No podíamos dejar de sonreír ante su extraña respuesta, pero escuchó muy atentamente mientras le hablábamos de Jesús, quien dijo: "Yo soy el Camino". Sabiendo que él podía leer, le dimos un folleto, y siguió su camino pensando sobre los que había oído. Después de un breve descanso y refresco y agradeciendo al Señor la oportunidad de sembrar la semilla por el camino, regresamos a la casa y encontramos algunos hombres y mujeres reunidos para oír la Palabra de Dios. Cantamos algunos himnos que atrajeron a otros para entrar, luego leímos algunos versos y explicamos el camino de la salvación. Algunos estuvieron interesados y oyeron por primera vez; otros se siguieron hablando y preguntando toda clase de preguntas.

Repartimos algunos folletos y dos Testamentos, que fueron recibidos con gratitud,  y creemos que serán de bendición."

 
Vuestras en el servicio del Maestro, S. Sharpless y E. Heighes. (Pedrola, Zaragoza)"

 
(Publicado en la revista "Gleanings from Spain", Noviembre de 1.898, traducido del inglés)

Foto: Vista de  Alagón (Zaragoza)