1.- No te olvides nunca de la oración en secreto, y cuando ores, recuerda que Dios está presente y que te oye. (Heb 11:6).
2.- No te olvides nunca de la lectura diaria de la Palabra de Dios, y cuando leas ten presente que Dios quiere hablarte y que te corresponde creer y poner por práctica lo que te dice. Debido al descuido de estas dos reglas primarias, muchos vuelven atrás. (Juan 5).
3.- No pedirle nunca a Dios lo que no te haga falta. Cuéntale lo que es la verdad acerca de ti mismo, por mala que haya sido, y luego, suplícale el perdón por amor de Cristo y que Él te haga lo que debieras ser. (Juan 4:24)
4.- No dejes pasar un día nunca, sin procurar hacer algo para el Señor. Todas las noches recuerda lo que Él ha hecho para ti, y después pregónate a ti mismo: ¿Qué he podido yo hacer para Él?. (Mateo 5:13-16).
5.- Si alguna vez tienes duda sobre alguna cosa no sabiendo si es buena o mala, pídele a Dios Su bendición en ello (Col 3:17). Si no puedes hacer esto, es prueba de que no está bien. (Rom. 14:23).
6.- No te bases nunca en los modales de otros cristianos, ni mantengas que por el hecho de obrar de cierta manera Fulano o Mengano, que tú puedes hacer otro tanto. (2ª Cor. 10:12) Pregúntate: ¿Cómo haría Cristo si estuviera en mi lugar? Y procura seguirle a Él. (Juan 10:27)
7.- No creas nunca lo que a ti te parezca bien, si no consta en la Palabra de Dios. Hazte la pregunta: ¿Puede ser la verdad lo que yo siento, si la Palabra de Dios es Verdad? Y si ambos no pueden ser la verdad, créele a Dios, y condena tu propio corazón por mentiroso. (Rom. 3:4 y 1ª Juan 5:10,11)
Brownlow North.
Revista: “El joven cristiano” (Enero de 1.931)
Revista: “El joven cristiano” (Enero de 1.931)
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