lunes, 2 de abril de 2012

En memoria de “Don José Harvey”.

Reseña aparecida en la revista "Edificación Cristiana", mayo-julio de 1.965:


"En las primeras horas del día 23 del pasado mes de marzo (1.965) y a los ochenta y tres años de edad, en su país natal, Inglaterra, partió para estar con Cristo, el querido anciano y siervo del Señor don José Harvey, muy amado en esta ciudad de Barcelona y especialmente en la localidad de Caldas de Montbuy, en la que durante muchos años cuidó del alimento espiritual de los creyentes allí establecidos. Don José Harvey vino a España por el año 1.920, sintiéndose llamado a la labor misionera en nuestro país, al que tomó tanto cariño, que fijó su residencia en el mismo y del que no se ausentó, ni aun en los momentos difíciles de nuestra guerra civil. En 1.921 contrajo matrimonio con doña Juana Payne, ya fallecida, e hija del conocido y amado misionero don Enrique Payne, que así mismo se estableció en España por el año 1.869, también hoy en la presencia del Señor. El mencionado don José Harvey durante bastantes años prestó su colaboración y experiencia al Consejo de Ancianos de la Iglesia en la calle Teruel, en Barcelona, en la que figuró siempre como miembro, aunque tuviera a su cargo, como se indica anteriormente, la pequeña iglesia en Caldas, a unos veinte kilómetros de Barcelona. Amado por todos los creyentes que le conocían, era especialmente apreciado por la juventud, a la que procuraba comprender y animar con sus sabios consejos apoyando sus iniciativas y confiando en ella, como verdaderas columnas en la Iglesia para el mañana.
Observando que sus fuerzas corporales se iban debilitando, creyó conveniente iniciar una temporada de reposo, en su propio país, siendo invitado por algunos de sus compatriotas, así que el 13 de octubre último salió de entre los suyos y con su actual esposa, doña Carmen Bolinches, se trasladó a Billingham (Kent). Bastantes de nosotros ya creímos que no le volveríamos a ver aquí aunque las cartas que se iban recibiendo, tan llenas de dulzura cristiana y de aliento para sus hermanos en la fe, parecían demostrar que sus fuerzas se recuperaban, es lo cierto que el Señor le llamó a su presencia; aún el domingo 21, o sea dos días antes de su fallecimiento, tuvo a su cargo el mensaje de la Iglesia en donde tenía su residencia en Inglaterra.
Aún nos parece verle, con su figura típicamente británica, su sonrisa cariñosa y llena de bondad y animando a todos a no desmayar y seguir los caminos que el Señor nos ha trazado.
“Bienaventurados los muertos que de aquí adelante mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, que descansarán de sus trabajos: porque sus obras con ellos siguen.” Apc 14:13 "

No hay comentarios: