martes, 22 de octubre de 2013

Linares y La Carolina: su historia "evangélica". (I parte. Redactado en 1.978)


Hermanas Raquel y Claudia Chesterman


La gran dificultad que existe para escribir la historia de la obra evangélica en la zona Linares-La Carolina consiste en las fechas. Se conocen las personas y los acontecimientos, los esfuerzos y los trabajos llevados a cabo, y sabemos hasta el orden de ellos, pero no conocemos muchas fechas exactas. Trabajando para conseguirlas hemos encontrado algunas que nos han resultado valiosas para ordenar el conjunto histórico.

La causa aparente que determinó la presencia de la Buena Nueva de Salvación en esta zona fue la llegada de una numerosa colonia inglesa y otra alemana menos numerosa, dedicadas a la explotación de minas de plomo de la comarca. Hoy podemos contemplar las ruinas de algunas minas con nombres significativos: "La inglesita", "La Aquisgrana", etc.

Sabemos que por el año 1.870 ya hay en Linares un pastor anglicano. Pero podemos creer que su trabajo y ministerio se limitaba a los ingleses. Se trataba, por tanto, de un círculo cerrado que no se extendía, quizás porque ellos lo consideraban inadecuado o peligroso.

En el año 1.873 llega a España, junto con don Tomás Blamire, don Jaime Wigstone. Ambos visitaron diferentes regiones de España. Juntos fundaron en 1.875 la primera iglesia en La Coruña, y, antes o después, don Jaime trabajó para el Señor muy brevemente en Barcelona. Pero don Jaime marchó a Linares en donde estuvo los últimos diecisiete años de su obra activa. Estaba casado con una hija del conocido siervo de Dios don Arturo Rees, de Sunderland. Don Jaime poseía una manera muy llamativa, fuerte y convincente para predicar la Palabra de Dios. En 1.887 se convierte en Linares un joven llamado Manuel Martínez, el cual resultó ser un instrumento escogido por Dios para una obra larga, penosa y muy bendecida en toda la zona de Linares-La Carolina.

Don Jorge Davis Baker, convertido en Inglaterra en 1.885, por mediación del evangelista americano Moody, llegó a Linares en 1.891, para servir al Señor con el siervo de Dios ya citado, don Jaime Wigstone. Ya don Jaime había adquirido para lugar de cultos el edificio en la calle Cambroneras, 27, que antes había sido un convento de monjas.

Desde el principio, Wigstone y Davis, visitaron La Carolina sistemáticamente, pero fue en 1.897 cuando don Jorge se casó con doña Matilde Clapton y fundaron su casa en La Carolina, en donde nació nuestro hermano don Jorge Davis Clapton. Don Jorge visitaba desde La Carolina, Guarromán, Baños de la Encina, Santa Elena, etc. Don Jorge fue el iniciador de la obra del Señor en Santa Elena por el fruto del reparto de tratados. Tengo la copia de una carta de don Jorge, fechada en noviembre de 1.893, y escrita desde Linares, por la que sabemos que también visitó las minas del Centenillo. Don Jorge se trasladó al Ferrol en 1.904.

Don Jaime Wigstone enfermó en el año 1.902 y regresó a Inglaterra, pero con su salud mejorada volvió a visitar en varias ocasiones España. Aún vivió bastante tiempo, pues pasó a la presencia del Señor en noviembre de 1.921.

En el año 1.903 estaba en Linares don Juan Nisbet, pues tenemos noticias de que fueron bautizadas por él en dicho año 33 personas. Uno de los bautizados fue un joven de trece años, llamado Juan Bautista García, que después resultó ser un precioso hijo de Dios para el trabajo y el testimonio de la zona. Con él, su cuñado don José Casado, es hombre inolvidable, estampa imborrable de santidad y fidelidad. Don José Casado nació el 1 de diciembre de 1.889 y pasó a la presencia del Señor el día 14 de septiembre de 1.962. Fue encomendado para su dedicación total al servicio del Señor en julio de 1.957, pues la zona estaba muy necesitada de cuidado y atención, y de manera especial La Carolina. Don Juan Bautista García se había marchado a América al final del año 1.956.

Otro nombre y otro hombre fue don Guillermo Paris que trabajó principalmente en Baños de la Encina.
Las hermanas Chesterman, Raquel y Claudia, vinieron a Linares después que... (Continuará)



(Redactado por Manuel González de Prado para la revista "Edificación Cristiana", Marzo-Abril de 1.978)

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