martes, 26 de mayo de 2015

"Visitas esperanzadoras" (II parte, Noviembre de 1.898)


Cabezo.-

Este es otro pequeño pueblo en el que una mujer mayor con muy buena disposición siempre ofrece su cocina para hacer reuniones y solemos encontrar un buen grupo de mujeres deseosas de escuchar el Evangelio. La tristeza y el hambre de su mirada nos hablan de que no están satisfechas con su religión, y no saben sobre el gozo de la salvación. ¡Cómo nuestro corazones desean  que ellas sepan sobre Jesús como su Salvador! Una mujer no contó que le había enseñado su Testamento a las monjas, quienes cuando lo vieron empezaron a llorar frenéticamente, y le pidieron que lo tirara, diciéndole que era un libro malo, pero para todas estas mujeres sería imposible separarse de su Testamento, porque ellas saben que es verdad.

Su hijo (Tomás) ha asistido regularmente a las reuniones en Pedrola, y parece muy inteligente. El pasado sábado por la tarde, nos atrevimos a hablar con él de la salvación. Nos dijo que quería ser salvo, pero que era imposible, porque iba a irse lejos a otros pueblos a trabajar y no podría venir a las reuniones. Le explicamos que nunca sería salvo por venir a las reuniones, era solo por tener fe en el Señor. Oramos con él, y luego él pidió al Señor que lo salvara, y creemos que siguió su camino gozoso al tener a Cristo como su propio Salvador. Estamos tan agradecidas porque tuvimos la oportunidad de hablarle ya que al siguiente lunes él se fue a vivir a un pueblo a varias millas de distancia."


Vuestras en el servicio del Maestro, S. Sharpless y E. Heighes. (Pedrola, Zaragoza)"

 (Continuará)

(Publicado en la revista "Gleanings from Spain", Noviembre de 1.898, traducido del inglés)

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