Desde este blog queremos “rescatar” las historias de cristianos evangélicos que nos han precedido, para una gran mayoría serán personas anónimas pero para el Dios que sirvieron son bien conocidos. Por eso hemos pedido permiso a Tan Molina (León), escritor en el blog “alAvanza”, para reproducir la semblanza de su tía “Pirucha”:
“Estoy convencido de que la mayor fuente de bendición para nuestras iglesias y la adoración más sincera a Dios proviene de miles de vidas anónimas que nunca escribirán ningún libro, que nunca hablarán delante de una congregación, que no serán preguntadas por su opinión ante un asunto teológico ni tendrán una posición relevante en ningún comité…
Mi tía Pirucha era una de esas personas. Pirucha se marchó a Casa con el Señor el día 28 de Diciembre de 2010, después de una vida absolutamente plena y cargada de dificultades y, a su vez, de bendiciones… Nunca olvidaré las palabras que me dijo una vez cuando la fui a visitar a ¨San Vicente”, una diminuta aldea habitada por 3 ó 4 personas, perdida en las montañas de Asturias y donde todavía se puede respirar el aire puro y se puede oír no más que el ruido de las hojas de los árboles acariciadas por el viento húmedo… “Yo aquí estoy mu sola” – decía con esa voz potente que hacía parecer que estaba enfadada, pero a su vez, acompañada con un tono un tanto infantil e inocente que te encogía el corazón; – “pero el Señor me hace compañía” – añadía agarrándome la mano, mirándome por encima de sus grandes gafas con sus ojos azulados, opacados por culpa de las cataratas, y desde la distancia de su escaso metro cuarenta de estatura…
Luego Pirucha (apodo que le pusieron en sus años de niña en la Argentina) me decía: “Yo abro el himnario y canto los himnos que conozco… o canto de memoria” “Y leo… lo que me permite la vista”… – Y así me la imagino, a las 5 y media de la mañana, que era la hora a la que se solía levantar, en la soledad de su casa en la montaña, hablando con el Señor… cada día, en cada momento… con una disciplina y una fidelidad dignas de aquellos grandes hombres de los que se nos habla en los sermones… Y después… a dedicarse a trabajar en su huerta de la ladera de la montaña… a plantar “patates”y “arbeyos”… y a “echar de comer a las gallines” …y eso también es adoración…
Al entrar en la cocina te encontrabas con esta vieja cita, que adquiría todo el sentido del mundo sabiendo de la quietud que había en la casa en las largas noches de invierno en la montaña:
Lo de hoy es personal… Hoy no hay canción, no hay entrevista ni noticia, ni audio ni partitura… Lo de hoy es personal porque es mi más sentido homenaje a ella y a personas como ella… Gente sencilla, que no simple; hijos de Dios que no hacen ruido, que pasan de puntillas por nuestras vidas, pero que son preciosos, absolutamente vitales… y que adoran a Dios tal y como son en Cristo, sin importarles las formas. Es un homenaje a muchas almas fieles que oran susurrando porque no esperan ser oídas por otros y que no buscan hacer las cosas aguardando las alabanzas de nadie, porque han comprendido perfectamente las palabras de Jesús en Lucas 17: 10…
Y este es el deseo que tengo para mí, con toda sinceridad… porque Dios no me va a preguntar al final de mi vida cuántas canciones llegué a escribir, cuantos posts publiqué, cuantas veces prediqué, dirigí.., sino que “sólo” (siempre he pensando que Dios sonreía al decir esto) me recordará estas palabras:
“El te ha declarado, oh hombre, lo que es bueno.
¿Y qué es lo que demanda el SEÑOR de ti,
sino sólo practicar la justicia, amar la misericordia,
y andar humildemente con tu Dios?”
Miqueas 6: 8
Tan Molina”
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