miércoles, 1 de agosto de 2012

Datos para una historia (o los milagros de una obra de fe). (Año 1.974) (I parte)


“Ocurrió como suelen ocurrir estas cosas: alguien enfrentó el problema de cara. Una ancianita miembro de la congregación de Linares, allá en la provincia de Jaén, vive en extrema pobreza. Su condición de evangélica hace poco recomendable su ingreso en un asilo de ancianos estatal. El problema está, es historia. Debe resolverse. Ahí mismo se inicia la andadura que lleva hasta el casi concluido Hogar denominado “La Granja”.
Luego surgirán otros casos urgentes. Y la asamblea pensará que se impone construir una casita para albergar y cuidar a esos hermanos. Se comprará una reducida parcela y se soñará en el hogar. Luego la visión trasciende el ámbito local: se conocen casos tristes de otros rincones de España. Los hogares de ancianos que ya funcionan pueden atenderlos todos. Pero ¿cómo empezar un hogar a escala nacional? El texto de Santiago sigue ahí: “Y si un hermano o una hermana están desnudos y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha?”. Y las palabras de Juan: “Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad”. Y se alumbra el plan: “Construiremos un hogar interdenominacional para atender las necesidades de toda España que se nos presenten”. Luego viene la consulta con otros hermanos que acogen el plan con alegría y voluntad firme de realizarlo. Se forma un Comité de trabajo y comienzan los milagros…

Primer milagro: el terreno. El que la congregación de Linares ha adquirido dista mucho de cubrir las necesidades. Dios guía a comprar uno mayor, a sólo dos kilómetros de la ciudad, en una carretera a las viejas minas de Arrayanes. Veinticinco mil metros cuadrados al ridículo precio de 125.000 pesetas y ¡con facilidades de pago! Para tener una idea de su grandiosidad aquí van unos datos: podría alojar fácilmente seis estadios de futbol; plantado de olivos, se recogerían dieciocho toneladas de aceitunas anuales; y si se parcelara para edificar viviendas, permitiría un complejo urbanizado capaz para mil familias, además de sus correspondientes bajos comerciales. Ese terreno es un regalo de Dios. ¡A menos de cinco pesetas el metro cuadrado! Con el dinero del primer terreno y la ayuda de mayordomos de Dios se comienzan a cubrir los primeros gastos.
Pero, ¿por qué La Granja? El nombre surge como ideal porque los estudios y planteamientos que se van perfilando apuntan a la creación de un lugar donde se aplique plenamente la llamada terapia ocupacional de que hablan y escriben los expertos en geriatría. Un verdadero hogar y no un asilo; un hogar, el de los viejos, de donde puedan salir y entrar a su antojo; con ganado de varias clases para atender, con árboles frutales que cuidar, con jardines que mimar, todo a cargo de los mismos ancianos. El arquitecto, amigo y simpatizante, trabaja con entusiasmo en el proyecto. Corre 1.969.

Segundo milagro: el agua. Llega Ureña, el gallego de Lugo que enterado del plan ofrece sus capacidades como experto en el alumbramiento de aguas y su experiencia agrícola y ganadera. Señala un lugar de la finca y se inician las perforaciones. “A los doce metros tendremos agua”, dice el gallego. Y las gentes del lugar sonríen socarronamente y dicen que no, que con mucha suerte podrán encontrar agua a los cincuenta o sesenta metros. Es lo propio en esa tierra. Pero se ora mientras se pica la dura piedra. A los doce metros comienza a manar el agua abundantemente. Es la segunda confirmación de parte de Dios.

Tercer milagro: la urbanización. Un buen día, en los límites de la propiedad un grupo de hombres descarga sus herramientas y comienza a trabajar. Cuando se les pregunta qué hacen, la respuesta es sorprendente: “Vamos a urbanizar estos terrenos para el Ayuntamiento, que se encargará de edificar un complejo de viviendas”… “¿Con calles, agua potable y alcantarillado?”, “Sí, claro”. Confirmadas las noticias e informadas las autoridades de los planes de La Granja, no existe problema alguno para que se le extiendan todos los beneficios de la nueva urbanización. No habrá que pensar en levantar ni la planta depuradora de aguas ni la de aguas residuales. ¡Ya lo va a hacer el Ayuntamiento” El agua del pozo servirá para el riego. Otra gozosa confirmación.

Cuarto milagro: primera fase de las obras. Como ha pasado ya un año desde que se presentaron los proyectos y la licencia no llega, se piensa que algún grupo de presión está influyendo en el asunto, lo que se confirmará más tarde. Al habla directamente con el alcalde, se soluciona el problema. Los planes son aprobados y se ofrece además la máxima colaboración posible… Lo que son las cosas. Estamos en 1.970. La obras se inician. Los obreros son en su mayoría creyentes de Linares y su rendimiento supera en un cincuenta por ciento el normal. Los ladrillos se compran a precio especial.  Los pequeños donativos siguen llegando y se inicia la primera fase de las obras, que ha de cubrir albergue para veinticinco personas pero cuyos servicios ya han de instalarse para las futuras ampliaciones, que se prevén para doscientas personas.

Quinto milagro: … (continuará)

Redactor: Apolos Garza
(Fuente: Revista "Edificación Cristiana", nº 2, año 1.974) 
Foto: Instalaciones actuales del Hogar de Ancianos "La Granja".
Nota: En el siguiente enlace puede verse el programa especial dedicado al Hogar de Ancianos La Granja emitido en "Buenas Noticias tv".


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