lunes, 3 de septiembre de 2012

Lawrence y sus carros blindados. (I parte)

El día había amanecido templado en la Ciudad Condal. Pero, los ánimos no lo estaban tanto. La visita de Amadeo I de Saboya, rey de España, podía producir un cambio de clima. En efecto, al júbilo de los partidarios del rey “extranjero”, podía oponerse la violencia de los partidarios de Isabel II, a la sazón exiliada en Francia.
La comitiva real discurría por las calles del casco antiguo de la ciudad, entre una abigarrada multitud que anhelaba ser testigo de un acontecimiento tan singular. Más singular, si cabe, fue el testigo que, sin querer, protagonizó una de las escenas más curiosas ocurridas durante aquella regia visita a Barcelona.
Nos referimos a Jorge Lawrence, el misionero inglés que, desde hacía algún tiempo, realizaba un trabajo pionero de evangelización, utilizando unos medios muy originales, tales como  unos carros, a los que el polígrafo Menéndez y Pelayo apoda “blindados”.
EN LA COMITIVA REAL.
Pero, dejemos que el propio Lawrence, nos relate lo ocurrido. "Aunque yo quise  convencerle que los caballos no podían ser dirigidos sin peligro hacia la muchedumbre, particularmente en el momento que el rey iba a pasar, no tuvimos más remedio que obedecer al guardia. Dimos la vuelta y, antes de que yo me diera cuenta, los caballos y el coche se habían colocado, precisamente en medio de la comitiva de carruajes que seguían al rey, y muy pocos detrás del carruaje real.
Inmediatamente, pudimos oír  decir a la gente: “Mira, mira! Es el coche protestante”. Una vez entre la comitiva, me di cuenta que el Señor lo había preparado todo, y empecé a distribuir Evangelios  los espectadores. Muchos de los soldados no pudieron resistir a la tentación de acercarse para lograr algún libro, y a lo largo de todo el camino de las calles principales, los espectadores mostraron mucho interés por obtener la literatura que ofrecíamos."
“Muchos que nos reconocieron, parece que gozaron de aquel espectáculo, tomándolo como una señal de nuevos tiempos en la historia de la nación. El carruaje que nos seguía, trató de una ocasión de cortarnos el camino, pero nosotros cuidamos que nuestras caballerías guardasen el debido orden, pues por nada del mundo hubiera consentido perder aquel lugar tan valioso para esparcir el conocimiento de mi amado Salvador.
Dos días después, volviendo de distribuir literatura, hallamos al rey y sus generales. Cuando los cruzamos, él lanzó una buena mirada al coche bíblico y al propio tiempo yo pasé al carruaje real cuatro Evangelios. Uno de los generales los tomó con una sonrisa, dándoselos al Soberano.”
Para una mejor comprensión de este suceso, bueno será decir que Lawrence, desde el comienzo de su ministerio en España, tuvo la original idea, con su compañero Gould, de utilizar una especie de carrito de mano que podía transformarse en vitrina, y del que, de forma muy ingeniosa, se podía colgar grandes textos bíblicos. Menéndez y Pelayo, no sin cierta ironía, alude a este instrumento de trabajo, escribiendo en sus “Heterodoxos”:
“Nunca vi en Barcelona otro indicio señalado de protestantismo que cierto carro bíblico y blindado que todas las mañanas hacía parada en la Rambla con Biblias y folletos.”
TESTIMONIO EN MADRID
Lo que el mal informado polígrafo santanderino no reseña, es que el famoso carro blindado, ya había estado en Madrid, en donde Lawrence llegó tan pronto la “gloriosa” abrió de par en par las puertas de España al Evangelio. Es interesante leer lo que el pionero inglés escribe sobre este acontecimiento que señaló un hito en su vida y ministerio:
“Aprovechamos la puerta abierta y volvimos a España aquel mismo año en 1.868. No debe extrañar que, al volver, hallásemos a la gente loca de alegría, y el único exceso que, al parecer se cometía, era el deseo de comprar cualquier libro o periódico en el cual estuviera impresa la palabra: libertad… Qué gozo fue y continúa siendo ver el agrado con que la Palabra de Dios ha sido recibida, desde el momento que el público pudo lograrla…”
Pero, es el señor Gould, quien nos habla del coche “bíblico y blindado” que en aquellos días de euforia se paseó por las calles de Madrid. Así describe dicho pionero sus primeras impresiones, al pisar de nuevo tierra hispana:
“Así que pasamos la frontera, vimos el profundo cambio que se había operado en la gente. Anteriormente, tuvimos que hablar con precaución, y el uno tenía miedo de oír en presencia del otro. Ahora, tan pronto como empezamos a hablar de la salvación en Cristo, y a distribuir porciones del Evangelio, todos desean oír… Cuando llegamos a Madrid hallamos que el hermano Lawrence había podido lograr una vitrina de cristal y se había situado en una de las calles céntricas para la distribución de Evangelios”.
Es una lástima que, a pesar de nuestras indagaciones, no hayamos podido saber con certeza de qué calle se trataba. Lo único que podemos decir de este testimonio al aire libre en Madrid, es que se trataba de una calle donde había arcadas.
EVANGELIZANDO EN CATALUÑA...
(Continuará)
Miguel Valbuena (Revista “Edificación Cristiana”, Marzo-Abril 1.982)
Nota: Recientemente, en el año 2011, el Centro de Formación Bíblica de Madrid publicó "El Evangelio en España", de George Lawrence, traducido del inglés por Catalina Redman de Wickham, con una semblanza de Lawrence firmada por David Vergara.
El Evangelio en España . George Lawrence. CEFB. 2011. P.V.P. 9 €.
Pedidos: Librería Emanuel. C/ Real de Arganda nº 48, 28031, Madrid. Teléfono: 913310840 / FAX: 913315565.

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