Nació en La Coruña (Galicia) en el año 1891. Era la menor de las hijas de George Chesterman. Vino a Linares (Jaén) con su hermana Raquel de misionera en el año 1920. En su más tierna juventud halló a Cristo y confesó su fe en el Señor como su Salvador.
Por mucho tiempo las dos hermanas tenían por costumbre leer la porción diaria del libro “Libro de cheques del Banco de la Fe” y lo hicieron con tanto provecho para sus almas que, al fin Claudia fue constreñida a traducir el libro entero, para que los españoles gozaran de un tesoro tan rico y celestial.
Su trabajo en Linares lo hicieron visitando y trabajando en la parte más pobre de la ciudad (Barrio de Cantarranas) y en la iglesia en Linares eran muy conocidas por las obras sociales que hacían con los niños y la ayuda monetaria que realizaban con los pobres, también realizaron obra en la ciudad de Úbeda y Granada. Fue en este último lugar donde en 1927, se contagió de tifus y tras una breve y dolorosa enfermedad pasó a la presencia del Señor en Linares.
Fue enterrada en el cementerio británico en Linares en la presencia de más de cuatrocientas personas.
De dos cartas traducidas de las publicaciones de Echoes of Service podemos saber como fueron los últimos meses de esta misionera y su hermana.
Linares, 22 de Agosto de 1.927.-
“Acabamos de regresar de unas cortas vacaciones en Granada. Tuvimos que volver antes de lo que pensábamos debido a la epidemia de fiebre tifoidea que llegó a la casa donde estábamos, pero aún así distribuimos unos 1000 evangelios y folletos durante nuestra estancia, y tuvimos muchas conversaciones interesantes con unos y otros. Una mañana pasamos entre las cuevas habitadas que hay en un lado de la montaña. ¡Tienen luz eléctrica en esas cuevas! Le dimos un folleto a una mujer gitana que nos invitó a pasar, y tuvimos una charla sobre el evangelio con ella. Poco tiempo después la vimos de nuevo, hablando con una mujer española adinerada. Parece ser que, al no ser capaz de leer lo que le habíamos dado, le pidió a esta mujer que se lo leyera en voz alta, lo que ella amablemente hizo. Mientras pasábamos la gitana nos habló de nuevo, y entonces la mujer dijo “¡qué folleto más bonito! Estáis haciendo un espléndido trabajo distribuyendo estos escritos”. Entonces le dimos el evangelio de Mateo.
Antes de que nos marcháramos para Granada hubo un bautismo aquí (Linares) de tres mujeres y dos jóvenes. El salón estuvo lleno y tuvimos un culto muy solemne a la vez que muy gozoso. Otras dos mujeres se habrían bautizado pero sus maridos inconversos se lo prohibieron”.
Por mucho tiempo las dos hermanas tenían por costumbre leer la porción diaria del libro “Libro de cheques del Banco de la Fe” y lo hicieron con tanto provecho para sus almas que, al fin Claudia fue constreñida a traducir el libro entero, para que los españoles gozaran de un tesoro tan rico y celestial.
Su trabajo en Linares lo hicieron visitando y trabajando en la parte más pobre de la ciudad (Barrio de Cantarranas) y en la iglesia en Linares eran muy conocidas por las obras sociales que hacían con los niños y la ayuda monetaria que realizaban con los pobres, también realizaron obra en la ciudad de Úbeda y Granada. Fue en este último lugar donde en 1927, se contagió de tifus y tras una breve y dolorosa enfermedad pasó a la presencia del Señor en Linares.
Fue enterrada en el cementerio británico en Linares en la presencia de más de cuatrocientas personas.
De dos cartas traducidas de las publicaciones de Echoes of Service podemos saber como fueron los últimos meses de esta misionera y su hermana.
Linares, 22 de Agosto de 1.927.-
“Acabamos de regresar de unas cortas vacaciones en Granada. Tuvimos que volver antes de lo que pensábamos debido a la epidemia de fiebre tifoidea que llegó a la casa donde estábamos, pero aún así distribuimos unos 1000 evangelios y folletos durante nuestra estancia, y tuvimos muchas conversaciones interesantes con unos y otros. Una mañana pasamos entre las cuevas habitadas que hay en un lado de la montaña. ¡Tienen luz eléctrica en esas cuevas! Le dimos un folleto a una mujer gitana que nos invitó a pasar, y tuvimos una charla sobre el evangelio con ella. Poco tiempo después la vimos de nuevo, hablando con una mujer española adinerada. Parece ser que, al no ser capaz de leer lo que le habíamos dado, le pidió a esta mujer que se lo leyera en voz alta, lo que ella amablemente hizo. Mientras pasábamos la gitana nos habló de nuevo, y entonces la mujer dijo “¡qué folleto más bonito! Estáis haciendo un espléndido trabajo distribuyendo estos escritos”. Entonces le dimos el evangelio de Mateo.
Antes de que nos marcháramos para Granada hubo un bautismo aquí (Linares) de tres mujeres y dos jóvenes. El salón estuvo lleno y tuvimos un culto muy solemne a la vez que muy gozoso. Otras dos mujeres se habrían bautizado pero sus maridos inconversos se lo prohibieron”.
Raquel y Jessie Claudia Chesterman
Linares, 17 de septiembre de 1.927.-
“Nuestra querida Jessie en su despedida, como en su vida, estuvo llena del Señor; incluso en sus momentos de inconsciencia estuvo hablando del evangelio dulcemente, como si estuviera en una de nuestras reuniones en las casas; también estuvo invitando a las personas a asistir a las reuniones. Ella nos pidió un coro, así que tuvimos que cantarlo en su funeral. Fue realmente maravilloso, unas 400 personas estuvieron presentes, incluyendo un gran número de niños de la escuela dominical. Muchos de los oyentes habían sido traídos al Señor por medio de ella. Los cuatro ancianos tomaron parte, con un profundo sentimiento, y el evangelio fue predicado, que es lo que ella quería.
Cogió la terrible enfermedad en Granada, donde pasamos tres semanas; durante ese tiempo distribuimos cerca de 2000 folletos y evangelios, y ella compartió el evangelio con muchos; quizás el Señor nos permitirá ver el fruto de su trabajo allí. Tanto los creyentes como los inconversos se han mostrado llenos de simpatía y amabilidad, casi más de lo que podíamos resistir. Hoy hemos recibido lo siguiente de la srta. Stedman (de Valdepeñas) sobre la querida Jessie: “Estoy contenta de haber tenido el privilegio de conocerla, aunque haya sido brevemente. Su brillo, su alegre disposición y su gran deseo de ganar almas para el Maestro son de hecho una inspiración.””
Raquel G. Chesterman
Fuente: Juan López (Linares, Jaén)
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