lunes, 2 de enero de 2012

Hace un siglo... (II parte) (escrito en 1.965)

"... Barcelona.- Como hemos indicado anteriormente, después de algunos meses de trabajos de evangelización en Madrid y otras regiones, en 1.869, don Jorge Lawrence decidió fijar su residencia en Barcelona, donde cinco años antes había empezado a testificar por Cristo. Es imposible valorar la influencia del señor Lawrence en el desarrollo de la obra evangélica de Barcelona. Su santa audacia le condujo a utilizar todos los medios a su alcance con el fin de anunciar el Evangelio. Tal fue la impresión que produjeron los métodos de Lawrence, que cuando Menéndez Pelayo, en su “Historia de los Heterodoxos Españoles”, se refiere a la obra evangélica en Barcelona, menciona únicamente la actividad de Lawrence, escribiendo lo siguiente:
“Nunca vi en Barcelona otro indicio señalado de protestantismo que cierto carro “bíblico y blindado” que todas las mañanas hacía parada en la Rambla con Biblias y folletos.”
Aunque el historiador santanderino habla con cierta ironía de aquel carrito, lo cierto es que aquel precursor de los “coches bíblicos” se hizo célebre en las Ramblas, como lo había sido en las ferias de San Isidro y San Antonio, en Madrid. A dicho carrito, Lawrence añadió pronto otro coche bíblico más grande y con mejores condiciones de evangelización por diversas regiones de España.
Al propio tiempo que desplegaba estas actividades, el señor Lawrence empezó a celebrar reuniones en su propia casa. Debido a la gran asistencia, pronto decidió abrir un local evangélico en el populoso barrio de Gracia, donde más tarde inauguró unas escuelas que tuvieron muy buena acogida. En efecto, en pocos meses se organizaron escuelas en Gracia, en la calle Ferlandina y en el típico barrio marítimo de la Barceloneta. Jorge Muller, el fundador del famoso orfanato de Bristol, que ayudó, grandemente, a la marcha de las escuelas, después de una visita a las mismas en 1.878, escribe lo siguiente: “Hemos visitado 19 escuelas con una asistencia de 756 alumnos”.
Con la llegada de los señores Payne y Fenn, que habían permanecido seis meses en Madrid, la obra de Barcelona recibió un nuevo impulso, extendiéndose al dominio literario. Se instaló una imprenta y se publicaron dos revistas, una para adultos, con el nombre de “La Aurora de Gracia”, y otra para niños, titulada “La Estrella de Gracia”. En su celo por dar a conocer las Escrituras, el señor Lawrence llegó a imprimir dos ediciones del Nuevo Testamento. Necesitaríamos de un espacio del cual no disponemos para dar detalles de la obra de don Enrique Payne y sus hijos, y los señores Senigton y Rubio..."



(Continuará)

(Miguel Valvuena, Revista “Edificación Cristiana” , Agosto-Octubre de 1.965)


Foto: carro bíblico

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