lunes, 23 de enero de 2012

Serie "Campamentos": CAMPAMENTO EN ÁGUILAS (Murcia).-

“Fue durante las Reuniones de Madrid, en octubre de 1.960, que se habló de la conveniencia de celebrar campamentos en lugares donde no había nada. La idea fue recogida por don Juan Federico y un servidor y se empezó a trabajar en ella. El lugar tenía que ser Águilas, ya que allí existía una hermosa propiedad que nos ofrecía posibilidades para empezar. Hablamos de ello con don Pedro Martínez, quien no solamente aceptó, sino que además, se entregó totalmente al trabajo y gracias a su aportación y esfuerzo se habilitó y restauró lo que se llamaba “Casa de Paz”, lindante con la Capilla. Por fin, el día 17 de julio de 1.961 empezamos con 7 jóvenes más tres profesores, don Juan Gholdston, don Juan Federico y un servidor... como anécdota, la cuota que se pagó aquel año, en los quince días, fue de 25 pesetas, por estudiante.

FINALIDAD.- La proyección que se tenía de la labor de campamento era combinar las vacaciones de los jóvenes con el estudio de la Palabra, aprovechando las hermosas playas de Águilas tan cercanas del lugar donde se celebraban los campamentos –tres minutos- y dar un impulso, aprovechando cursos de E. Bíblico, al estudio constante de ella.

NÚMERO DE JÓVENES.- Ha sido de 60 asistentes, durante los cuatro años celebrados. Se hace notable avance progresivo, con la imposibilidad de aceptar más por falta de elementos.

MATERIALES ESTUDIADOS.- Carta a Filipenses, Timoteo, 1ª Corintios, Doctrinas fundamentales, Desarrollo de la Iglesia, Puntos importantes de los Hechos, Rasgos sobresalientes de los Evangelios, El Libro de Proverbios, Biografías Bíblicas, Historia Eclesiástica, Biografía de David y el Periodo Intertestamentario.

El valor permanente de este tipo de ministerio está en que de una manera continuada se puede desarrollar un tema o presentar un libro con sus propias características. Al mismo tiempo que se aprende a conocer la Biblia. Algunos de los jóvenes que asisten nunca han tenido la ocasión de poder estudiar un libro de la Biblia de una manera continuada. El campamento le brinda esa posibilidad. Otros, por su trabajo, ni siquiera tienen costumbre de escribir, ya que las lecciones que se exponen, incluyen unas preguntas que el estudiante tiene que contestar; se aprende, pues, a redactar, pensar y dejar constancia, por escrito de lo que se ha aprendido; 15 días no pueden ser definitivos, pero puede ser un principio –un leve empujón- para que al regreso, en la Iglesia, puedan continuar con la labor emprendida. Descubrir a los jóvenes el valor de la Palabra de Dios es el esfuerzo de los que trabajan en el campamento, a fin de que puedan hacer de ella su “tesoro”.

(Reseña realizada en el año 1.965 por J. Guerola)
(Revista “Edificación Cristiana”, Agosto-Octubre de 1.965)

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